Uno de los seres míticos de la criptozoología es un “hombre”
de tamaño gigante, con el cuerpo cubierto de pelo y que habita en lugares
remotos. En distintos lugares del planeta la tradición habla de este ser y en
cada lugar recibe una denominación diferente. Bigfoot en EEUU, Sasquatch en
Canadá, Yeti en el Himalaya, Yeren en China…
No hay más que testimonios verbales del encuentro con la
especie y algunas huellas fotografiadas. El video más famoso no es de certificada autenticidad, y hay incluso una persona que asegura ser quien se disfrazó para hacer el vídeo. En el caso de huellas que están
perfectamente diagnosticadas como auténticas huellas, nos encontramos claramente con
huellas de oso. Es el caso de las fotos tomadas por el montañero español J.R.
Bacelar, que tuvo la suerte de toparse con un rastro de oso perfecto (foto a la derecha) aunque hay quien asegura que son de yeti.
El rastro fue hallado, según sus palabras a 7000m. Otro montañero, algo más
conocido es Jesús Calleja, que mantiene un programa de televisión. En el
programa Cuarto Milenio, exhibió una pata de Yeti que recogió de un cadáver. O
por lo menos, cuando encontró el cadáver congelado a más de 7000m. y enterrado
en la nieve eso es lo que dijo el sherpa; ¡¡“Yeti, Yeti!!”. La pata en cuestión era de
oso, y así se apreciaba desde el sofá de mi casa. No osbtante, el naturalista
Luis Miguel Domínguez que estaba en el programa la identificó como pata de oso. El
rastro hallado por J.R. Bacelar y el cadáver hallado por J. Calleja, confirman el hecho de que estos
animales pueden subir hasta los 7000 metros de altura. Es más que probable que
todas las referencias al Yeti sean de hecho referencias a osos.
En otros casos, he encontrado fotografías de huellas que no
son tales. En el caso concreto de la fotografía de la izquierda, podemos comprobar cómo la
escorrentía de la lluvia ha modelado la caprichosa silueta que recuerda a un
pie, pero claramente no es así, o por lo menos yo, que estoy muy acostumbrado a
ver huellas veo claramente que no se trata de una.
Otra gran familia de huellas, las más abundan, son
las de la foto siguiente. Esta huella, de momento produce una extraña
sensación. Si observamos las huellas de oso anteriores o las huellas que
nosotros hacemos en la playa al caminar, comprobamos que no son perfectamente
planas. La zona anterior, la de los dedos, al ser la última que se apoya en el
suelo y donde se hace la fuerza para impulsar el movimiento aparece más hundida. Las fotos
más abundantes que podemos ver de Bigfoot, no tienen ese patrón.
Si nosotros andamos en la nieve, la punta de las botas se
hunden más que el talón. Para evitar hundirnos tanto podemos usar las raquetas.
Al apoyar nuestros pies sobre las raquetas, aún en el caso de avanzar, la punta
de la bota presiona sobre la raqueta, no sobre el suelo, lo que hace que esta se hunda de forma uniforme.
Este patrón de huella plana y uniformemente hundida en toda su superficie, es
el de una huella de raqueta de nieve y es el de las huellas que se atribuyen al
Bigfoot. Mi conclusión es que las fotos de huellas que podemos contemplar en la
red, o son de oso, o no son huellas. Las más abundantes son estas que digo que
son falsas, y creo que se fabrican con una especie de raquetas similares a las
chancletas de la última foto. No obstante, hay documentales que confirman que
algunas personas hacían estos rastros como diversión para los turistas.
De todos los modos, la más famosa huella de Yeti
fotografiada, es la fotografiada por Eric Shiptonn junto a su piolet. Una huella aislada en la
nieve sólo dice una cosa… no es una huella. Cualquier movimiento que un animal
realiza en la nieve deja un registro, por lo que el hallazgo de una sola huella
es algo imposible. Siempre encontraremos el rastro completo durante largos
trechos, más aún si consideramos el tamaño del supuesto Yeti.
Personalmente, yo pienso que la existencia del Yeti, Bigfoot
etc., es un hecho bastante poco probable. A pesar del enorme beneficio
económico que supondría cobrar una pieza como esa para un cazador, no se ha
documentado ninguna captura ni se ha conservado un sólo resto. No hay ni un
solo pelo. Cualquiera que haya rastreado animales habrá encontrado pelo de
animales diversos en cortezas, espinos, barro, encames…
El ser humano, por propio gusto personal ha sido capaz de
estar trabajando noches enteras haciendo círculos y formas en las cosechas para
después escuchar en la televisión las explicaciones que se dan a semejantes
hechos. En 1726, el decano de la facultad de medicina de Würzburg Johannes Bartholomäus Adam Beringer, llegó a hacer una
publicación con unos fósiles falsos que le proporcionaron unos profesores
jóvenes de esa misma universidad como venganza a su despótico trato. Hubo de
reconocer su error. A pesar de ser médico no disponía de formación geológica o
paleontológica, y tomó por fósiles cosas que no lo eran. No todas las actuaciones de un científico se pueden considerar ciencia, y esto es algo frecuente en algunos campos del denominado "mundo del misterio". El hecho de ser farmacéutico, no convierte en ciencia sus interpretaciones sobre "fantasmas" o "espíritus".
Las personas no tienen por qué
mentir, aunque algunas lo hacen incluso a sabiendas. Algunas personas, cuando ven algo que no saben explicar, deciden tomar el camino menos probable e interpretar su experiencia con cosas inverosímiles. No olvidemos que hay gente que asegura haber visto incluso a la Virgen sobre un árbol. Del mismo modo, otras personas afirman que
han visto un bigfoot o un yeti.
Los naturalistas, cuando vemos algo que es extraño, como la presencia de animales en lugares donde no se conoce su presencia, ponemos en cuarentena esta cita y sólo si es realmente fiable la presencia de dicho animal es cuando lo damos a conocer.
En el caso del montañero J.R. Bacelar, su trayectoria como montañero puede ser extensa, pero como naturalista no posee una formación demasiado buena. Es el mismo caso que el del médico con los fósiles falsos, su indiscutible buena formación médica no era tan buena como la paleontológica. He visto casos iguales de supuestas huellas o martillos de época de los dinosaurios. Jamás un paleontólogo se ha pronunciado sobre ellos. Son fraudes.
Las personas que hacen huellas falsas para luego darlas a conocer son simplemente mentirosos, no merecen más atención. Otras personas en cambio, han podido encontrar huellas hechas
por un gracioso, y al no haberlas hecho ellos, aseguran que son auténticas. Si alguien insinúa que son falsas, pueden sentirse tildadas de mentirosas y esto provoca que sea difícil convencerlas de que han sido engañadas. En ningún caso que yo conozca se ofrecen mediciones de tipo de
marcha ni nada por el estilo en una serie de huellas de bigfoot o similar.
Mientras no se demuestre de una forma científica clara que los restos o huellas
se han recogido con rigor, cualquier afirmación queda como la de la existencia
del chupacabras u otros seres imaginarios.
Recientemente, los criptozoólogos mantienen la creencia de
que este ser es un Gigantopithecus sp., homínido de gran tamaño extinguido y
cuyos fósiles se han encontrado en China. De vez en cuando, incluyen en la criptozoología animales que para nada lo son, tratándose sólo de especies que se dan por extintas, como el lobo marsupial. El hallazgo de estas especies de nuevo, no es criptozoología, es el descubrimiento de poblaciones aisladas que no se conocían,
La
posibilidad de que bigfoot se corresponda con Gigantopithecus sp. carece
de fundamento, puesto que sólo un homínido ha colonizado el Continente Americano y ha sido el hombre en fechas recientes, unos15.000 años
aproximadamente.
Quedaría la duda en el caso de China y Vietnam. Los primeros
fósiles de Gigantopithecus sp. fueron hallados en tiendas de productos de
medicina china. Siendo tan grande la demanda para este tipo de medicina, que hubiese sido de esperar que de existir todavía Gigantopithecus sp. con vida, habrían sido capturados algunos ejemplares para darles este uso, y no es el
caso. La existencia de osos tanto en estos países como en el resto de lugares
donde se asegura la presencia de Yetis o Bigfoots, me hace pensar en que la
confusión y la mala interpretación de los rastros es lo que da lugar a la
leyenda, a la que se ha añadido algún mentiroso con ganas de hacer dinero y algún gracioso con ganas de reírse de los demás....