martes, 10 de abril de 2018
Un pozal de sapos....
Llegó el momento. Los tres sapicos (Bufo calamita) que han pasado el invierno con nosotros se han puesto bien gordos, han cantado por las noches (por lo que hemos tenido que mantener la puerta del baño cerrada por las noches) y ahora han de recuperar su libertad. El jueves pasado, limpiando la piscina donde trabajo recogí otros seis. Todos juntos han recuperado la libertad este pasado domingo.
Les hemos preparado una caja en la que tendrán agua hasta que les fabriquemos un estanque. hemos preparado también unos troncos y otras cosas que mantienen unos lugares húmedos donde refugiarse si no se entierran. Ellos elegirán donde y como vivir.
Nosotros les proporcionaremos un entorno lleno de insectos, babosas y lombrices ya que no usamos productos biocidas en el campo y no lo labramos, pues lo mantenemos con las hierbas que tienen a bien vivir. Tan sólo lo mantenemos corto mediante el segado periódico, que como se realiza en las horas mas calurosas y centrales del día no supone riesgo para ellos, puesto que en esas condiciones están escondidos. Una extensa pradera para ellos, para los insectos, las lombrices y nuestro incipiente bosque.
Quedaron ahí, bajo los troncos donde se fueron introduciendo uno a uno. Este de la derecha se despidió de nosotros, pues se quedó ahí sin introducirse más. Eran las últimas horas de la tarde. Supongo que ya no estarán donde los dejamos, aunque no lo miramos para no molestarlos y no estamos seguros. Será un regalo para nosotros si un día encontramos un cordón de huevos de estos sapos ya sea en esta pequeña poza o en el futuro estanque que haremos...
Las fotos son bastante bajas de resolución, ya que están hechas con el móvil en condiciones de poca luz...