Hace algún tiempo que hice un par de hoteles para insectos con unas tablas que me sobraron del tejado de mi casa. Realmente, en el lugar en el que vivimos espero que no haga falta esto, porque los insectos tendrán tanto refugio como necesiten, pero la idea que llevaba de abrir el bosque-jardin a las visitas si se consolidaba la propuesta de realizar un lugar expositivo en la finca me llevaron a su construcción. Desechada la idea por los problemas con urbanismo, no voy a retirar los hoteles de insectos ya que están puestos, así que he decidido que los terminaremos de equipar. No sabía muy bien con qué tapar los trozos de tubo de hormigón donde se apoyan, y Belén sugirió la idea de ocultarlos con piedra. El resultado es el que veis.
En uno de estos hoteles, hemos dejado un hueco para que si tiene a bien la abubilla se digne
a traer al mundo a sus polluelos en este lugar. Creo que se aprecia la entrada en la foto. Con lajas de piedra hemos preparado el sitio para que no se cuele el agua cuando llueva.
El hotel está equipado con trozos de caña para que las abejas solitarias utilicen los agujeros para anidar, un apartado con adobes para las avispas alfareras o para abejas excavadoras, unos ladrillos, un nido para que usen los abejorros que realmente es usado por las avispas, un apartado con trozos de ladrillo y otro con piñas de pino carrasco. El montón de piedras que cubre el pie del hotel está relleno con canto rodado de un diámetro de 30mm a 50mm que permita alojar a muchos “bichos” en sus intersticios...