Como terminación a las entradas de los dientes de los
ungulados, hoy escribo sobre los dientes de los caballos y asnos. Los cráneos de los équidos son de forma muy alargada y estrecha, estando las órbitas situadas en una posición muy superior, siendo la prolongación longitudinal del mismo una adaptación especial que permite que se pueda albergar en el largo hocico una gran superficie masticatoria.
Los dientes de los équidos son del tipo de corona alta o
Hipsodontos. Las coronas de sus molares presentan múltiples cúspides en forma
de “lazos”, siendo pues del tipo conocido como lofodontas. La sección de los dientes
es más o menos cuadrada o rectangular.
A diferencia que los ungulados anteriormente tratados, exceptuando a los suidos, los
caballos y asnos sí presentan incisivos en el maxilar superior. Además, en el
caso de los machos, también presentan caninos tanto en la mandíbula inferior como
en el maxilar superior.
Sus incisivos son de sección cuadrada, al igual que el resto
de piezas dentarias. La corona, no presenta inclinaciones como las de los
selenodontos, sino que las cúspides de los dientes superiores cierran sobre las
cúspides de los dientes inferiores en un plano horizontal.
Sí que presentan igualmente un diastema que separa el grupo
de incisivos del grupo molar, si bien este diastema está dividido claramente en
dos por el canino en el maxilar superior y algo menos claramente en el caso de
la mandíbula inferior.
La fórmula dentaria es I3/3; C1/1; PM3/3; M3/3 en el caso de
los machos e I3/3; C0/0; PM3/3; M3/3 en el caso de las hembras. En algunos
ejemplares pueden aparecer cuatro premolares siendo el primero de ellos pequeño
y no funcional, y que se conoce como “diente de lobo”. En las fotografías de arriba podemos advertir uno de estos molares en el maxilar superior derecho.