La actividad de las termitas pasa inadvertida para nosotros.
Ellas, viven en un mundo de oscuridad y humedad bajo nuestros pies y es difícil
encontrarlas allí. Se alimentan de madera. Tanto de árboles muertos, como de restos
de maderas, como de árboles que permanecen vivos.
Nunca podremos observar una
termita a la luz del día si no rompemos parte de su termitero. Generalmente, un golpe de viento que parte una rama, la tala de un árbol o la retirada de un
trozo de madera que descansa sobre el suelo nos mostrará su actividad y a unas obreras que inmediatamente procederán a esconderse. La
madera aparece roída en su parte interior formando complicadas galerías, pero no habrá ni un sólo agujero al exterior. La
actividad se da tan en la oscuridad que en el caso de árboles que permanezcan
en pie nada hace pensar que su interior está hueco y que ha sido comido por las
termitas. En el caso de tratarse de árboles que viven en los parques esto es grave, puesto que las grandes ramas
pueden ser partidas por el viento y caer sobre las personas que transitan por debajo de los mismos.
Cuando retiramos la madera o la rompemos para ver su
interior, aparecen una especie de hormigas (no son hormigas ni están
emparentadas con ellas) de color blanco. Son las obreras. Al poco tiempo,
aparecerán los soldados, que tienen la particularidad de poseer una cabeza
desproporcionadamente grande, roja y armada con poderosas mandíbulas. Ellos
saldrán al exterior para defender el termitero entregando su propia vida.
Generalmente, en las casas son los
marcos de las puertas, que están en contacto con el suelo y los marcos de las
ventanas los que se verán atacados por las termitas, pero no hay que olvidar
que la madera del tejado descansa sobre las paredes de la casa, y las termitas
pueden construir galerías por el interior de las paredes para acceder a ella.
A pesar de que la madera no esté en contacto con el suelo, las termitas son capaces de encontrarla. Cuando la madera está a una cierta distancia del suelo, construyen túneles de
barro durante la noche para acceder a la madera desde el interior de la tierra
evitando el contacto con la luz. Una vez establecido el contacto, la madera
será troceada y enviada al corazón del termitero subterráneo.
La madera, sin embargo, no puede ser digerida directamente por las termitas. Unos protozoos que viven en el interior de sus aparatos digestivos les permiten hacerlo. La madera, debe ser digerida por los protozoos para que pueda alimentar a las termitas, y por ello las obreras alimentan al resto de la colonia boca a boca. Es una forma de alimentación conocida como trofalaxia.
En el interior del termitero es donde se encuentra la reina, que se ha convertido en una máquina de poner huevos y que no puede desplazarse debido a que su abdomen adopta un tamaño gigantesco. En el caso de esta foto, que corresponde a una caja que utilizo en mis exposiciones, el abdomen está fabricado en arcilla y pegado a medio adulto alado, ya que no es posible ni razonable recolectar una hembra. Las manchitas negras del abdomen corresponden a la parte dura de los segmentos abdominales y la parte blanca sería el tejido que existe entre los segmentos que es tremendamente flexible.
Las obreras limpian, y retiran los huevos que pone esta reina, y posteriormente alimentarán a las larvas.
Las obreras pues, son las que realizan todas las tareas de la colonia y son las termitas que veremos al romper una parte del termitero. Como ya hemos dicho, su color es blanco y su caparazón quitinoso no es demasiado duro. Es por ello que han de vivir en un entorno húmedo, pues se desecan fácilmente. Es por eso que los ejemplares disecados se deforman enseguida, pero estos sólo son utilizados con fines divulgativos en mis exposiciones.
En la foto de la derecha vemos como el
Anthrenus sp. o escarabajo de las colecciones se ha "merendado" tres de mis obreras que habré de reponer antes de realizar una nueva exposición... os tendréis que conformar con observar a la que queda.
Además, como ya os he contado, existe la casta que denominamos de soldados, con fuertes mandíbulas y cabeza de enormes proporciones donde se alojan los músculos necesarios para moverlas. Son ciegos al igual que las obreras.
Por último unos individuos alados que son machos y hembras funcionales y cuya misión es realizar el vuelo nupcial para formar una nueva colonia. Cuando encuentran un lugar apropiado, se desprenden de sus alas y copulan, de modo que la hembra pronto comenzará a poner los huevos de los que saldrán las primeras hembras con las que formar una nueva colonia.
En las
fotos adjuntas, hemos podido observar la labor de las termitas en la madera de
algunos árboles. En este último caso se trata de un platanero que vive en la piscina municipal donde trabajo. Hace tres años, apareció una descortezadura pequeña, de un diámetro de unos cuatro centímetros. Las termitas, que ya han comido gran parte de la madera del tronco se pueden ver si retiramos la corteza que se desprende fácilmente. Las termitas, que se pueden ver a simple vista tras la retirada, se esconden prontamente huyendo de la luz, por lo que es difícil fotografiarlas.