No es la primera vez que hablo de la convergencia evolutiva.
Y es que es una de las cosas que más perplejo me dejan siempre. La evolución
parece que cuando “inventa” un método revolucionario de cazar o defenderse y
este es exitoso, parece replicarlo en multitud de seres que no tienen relación
ninguna entre sí.
Es el caso de las temibles pinzas de la mantis (Mantis religiosa). Las espinas
de las mantis que están tremendamente desarrolladas no son un invento
revolucionario. Realmente muchos insectos presentan espinas más o menos grandes
y afiladas distribuídas por su caparazón exterior. La mantis necesitaba atrapar
a sus presas con una rapidez asombrosa y a su vez, que las presas, que no
mueren de inmediato quedasen fuertemente sujetas. Muchos insectos han
desarrollado poderosas mandíbulas a tal fin. La mantis, en cambio, ha
desarrollado unas espinas largas y finas en la parte inferior de los tarsos de
las extremidades delanteras. Al replegar los tarsos sobre las tibias, que también poseen unas espinas muy desarrolladas, se
produce una presa poderosa que sujeta con precisión a las infortunadas
víctimas. La evolución favoreció a aquellas mantis que poseían las espinas que
proporcionaban una sujeción mejor, llegando finalmente a quedar las espinas
primigenias convertidas en auténticos cepos debido a la herencia y la selección
natural.
Un crustáceo marino, la galera o cangrejo mantis (Squilla mantis), ha desarrollado un
sistema similar. Las partes de sus extremidades no son equivalentes, pero el
mecanismo es el mismo. En las articulaciones distales de sus patas delanteras,
las espinas se orientan hacia adentro y hacia fuera respectivamente de modo que
al replegar los segmentos de la extremidad, se forma un cepo parecido al que
posee la mantis. En este caso, las espinas en ambos segmentos se complementan con huecos donde se alojan las espinas mayores, permitiendo la
captura incluso de los escurridizos peces. El parecido es asombroso. Tal es así que el
nombre científico de este cangrejo hace referencia a su parecido con la mantis.
Saludos Grumete.
ResponderEliminarMe encanta!!, la evolución convergente nunca deja de asombrar y tu blog no deja indiferente nunca...sigue como hasta ahora.
Muchas gracias por el comentario, Águila.
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