Os dije que
un día os contaría la historia que ha conducido a que hace unos dos meses
llegara una carta del Ayuntamiento de Zaragoza a mi casa en la que pone que he
de elegir si quiero formar parte de una “Junta de Compensación”, que no es otra
cosa que una agrupación de personas que promueven la creación de una
urbanización si no quieren ser expropiados de sus bienes cuando un propietario con más del 50% de la superficie de una zona urbanizable así lo decide.
Un gran propietario decidirá el futuro de otros muchos propietarios con menos terrenos. Es lo que tiene esta democracia nuestra. Como leíamos en
Rebelión en la Granja de George Orwell, "
todos los animales son iguales pero algunos son más iguales que otros". Una Constitución, la española que parece ser interpretada por el mismísimo cerdo Napoleón. Expropia el Ayuntamiento y el beneficiario de la expropiación
será esa Junta de Compensación. Al haber dibujado el constructor que promueve
esta urbanización un parque en el lugar donde ahora se encuentra mi casa, esta
será demolida y yo habré de buscar un nuevo hogar. He de decir que mi casa es
legal y cuenta con una antigüedad de más de 80 años. Da lo mismo. Es más, cabe
la posibilidad de que viviendas que se edificaron de forma ilegal queden sin
derruir si los dueños son capaces de asumir los costes de urbanización (unos 60
euros por m2). Pero este es el desenlace, y os dije que contaría la historia.
Hace unos
años, muchos, personas que querían construir sus casas en el barrio donde vivo
idearon unas encuestas en las que preguntaban a los vecinos que si querían
que el barrio fuese más grande. La gente suele contestar a estas cuestiones de
forma descabellada y al parecer, el barrio de 3000 habitantes quería que
aumentase en unos 10.000 vecinos si mal no recuerdo. Había suelo para construir, pero los que
insistieron para que se les recalificase no estaban interesados en construir,
sino en especular y vender a precios muy altos. En los planes urbanísticos, se
prevén tierras calificadas como urbanizables que constituyen un suelo de
reserva por si se agota el suelo urbano, (cuya característica principal es que
ya está provisto de todos los servicios, de ahí su prioridad en la ejecución).
Sólo se ejecuta el suelo urbanizable cuando el suelo urbano se agota o cuando
los políticos ven una causa de “interés general” que justifique su
anticipación. Algunas personas vinculadas políticamente a uno de los dos
partidos mayoritarios, (da igual cual, puesto que cualquiera de los dos actúan
igual, de hecho, a los efectos son sólo uno), poseían tierras calificadas como
urbanas. La ejecución de estas tierras es preferente a la hora de urbanizar,
como ya he dicho, aunque sin haberlas urbanizado, se echará mano de los suelos
de reserva.
Casualmente,
la zona donde vivo y otras fueron calificadas como urbanizables. Lindan con
terrenos de personas que poseen terrenos urbanos que no ejecutan pero que
tienen prisa en enriquecerse vendiendo terrenos en estos lugares y que
incrementan el valor de sus terrenos urbanos aledaños. De nada nos sirvió
recurrir tal calificación.
El primer
contacto con la realidad fue surrealista. La primera promotora hizo una reunión
en la sala de plenos del ayuntamiento y esa reunión se nos convocó desde los
altavoces de la alcaldía del barrio. Hice saber al Alcalde pedáneo que es
irregular este modo de proceder. La constructora o promotora puede obtener toda
la información necesaria sobre los propietarios en el registro de la propiedad
pagando las tasas como cualquier ciudadano y contactar después con los
propietarios. Los contactos posteriores fueron más razonables con visitas a los
propietarios. Finalmente acabó el proceso en reuniones con los propietarios y
la constructora en los domicilios y posteriormente en un día para elaborar las opciones de compra que se sustanciaban en el despacho del alcalde pedáneo y con
opciones de compra impresas con la impresora del ayuntamiento desde el
ordenador municipal. El alcalde no estaba presente, tan sólo cedía su mesa de reuniones y el espacio municipal anexo.Esta promotora, tras firmar opciones de compra con muchos
propietarios, (quería comprar todo), se reunió con los responsables de urbanismo
y decidió abortar la operación. El vehículo de la A.P.I. que había gestado toda
la operación apareció con bollos y rayado; y nos aseguró que había recibido amenazas por
parte de otro promotor. Entonces no hicimos caso y pensamos que habría sido alguno cabreado o algo así.
Al poco tiempo
apareció en escena un segundo promotor cuya principal característica era el de
dejar las urbanizaciones que comenzaba con unos acabados de vergüenza. Preocupado
por cómo se desarrollaban los acontecimientos y el colaboracionismo del alcalde
pedáneo, tuve una entrevista personal con el Gerente de Urbanismo de Zaragoza
en la que me dijo que no me preocupase, que en Zaragoza no se solían aprobar
convenios urbanísticos en los que los propietarios de menos del 80% del suelo
estuviesen de acuerdo, y que generalmente, se aprobaban cuando los propietarios
de un 95% del suelo estaban de acuerdo evitando así los conflictos que surgen en las expropiaciones.. (la ley permite promover cuando el promotor tiene más del 50% del suelo) . Según el Gerente de Urbanismo, el constructor sólo disponía de un escaso
50% del total del suelo. Unos meses después se aprobó de forma inicial el
convenio urbanístico añadiendo algo más de superficie (modificando el plan de
urbanismo) que por supuesto estaba en manos del promotor. En enero del 2014, se
aprobó de forma definitiva. Atrás quedan las luchas y mentiras.
Atrás
quedan las maniobras del alcalde pedáneo, que interesado en acelerar el proceso
colaboraba de forma voluntaria o involuntaria facilitando las cosas a la
promotora. Aparecieron unas hojas llamando a una convocatoria de un pleno para
los jóvenes del barrio con el fin de que pidiesen terrenos al Ayuntamiento para
hacer viviendas mediante una cooperativa y así acelerar el proceso urbanizador.
En un tiempo récord constituimos mi mujer, Belén y yo una “Asociación para el Control
de la Disciplina Urbanística y contra la Corrupción” y nos presentamos en el
pleno repartiendo trípticos que nos había preparado una persona que registró la
asociación en el registro de asociaciones y se puso como secretario. La empresa
constructora era la antigua FADESA, que había construido en el barrio vecino un
montón de viviendas que diez años después siguen estando sujetas a reparaciones
por las condiciones escandalosas de mala construcción (Jardines de Candala). Los jóvenes asistentes
se fueron del pleno ya que se sintieron engañados. El alcalde ordenó a la
funcionaria que me identificara para interponer una denuncia que nunca se cursó.
Fracasada
esta vía, se propuso por parte de la Sección Sindical de UGT en la papelera de
Montañana, donde trabaja el Alcalde pedáneo, una cooperativa con el fin de
solicitar terrenos de nuevo al Ayuntamiento para construir viviendas. Uno de
los que estaban impulsando el proyecto acababa de concluir la construcción de
una vivienda ilegal, hecho que fue puesto de manifiesto por parte de algún
asistente a la reunión. No parece ético que alguien que ha construido de forma
ilegal promueva una asociación para que otros compren terreno para construir su
vivienda. Esta segunda vía quedó de nuevo abortada. Es anecdótico que la
beligerancia del alcalde pedáneo contra la construcción de viviendas ilegales y
contra la colocación de viviendas prefabricadas que le llevó incluso a
solicitar a las entidades bancarias del barrio a que no diesen préstamos para
estas últimas, no lo condujera a denunciar a esta persona.
Las últimas
intentonas fueron firmas recogidas en los comercios pidiendo piscinas u otros
servicios. Y así pues, es como llegamos al punto en el que me encuentro.
Testigos de cómo un ayuntamiento pedáneo se pliega a los deseos de un
constructor utilizando los medios públicos en beneficio de promotores
inmobiliarios. Testigos de cómo el Ayuntamiento de una gran ciudad se pliega a
los deseos de un Promotor inmobiliario aprobando de forma inicial un proyecto
que meses antes un técnico creía no viable. Con informes técnicos que decían
que no era necesario promover más suelo en Zaragoza, y que las cesiones y obras
que el promotor ofrecía de forma adicional no justificaban que fuese declarada
obra de interés general. Testigos de cómo el Gobierno de Zapatero modificó la
ley para que los expropiados en un proceso como el que me envuelve no fuesen
compensados considerando el terreno con las expectativas de posible
edificabilidad (método con el que tuvimos que pagar el impuesto de sucesiones
al morir mi suegro); sino que se nos pagase como un terreno rústico de cultivo,
con lo que es imposible adquirir una nueva vivienda con lo que nos dan por el
robo de la que habitamos. Una ley que pretendía brindar un balón de oxígeno a
las compañías constructoras abaratándoles la adquisición de terrenos a precio
de saldo a costa de pagar miserias a sus propietarios. Testigos de lo que
significa vivir en un país gobernado para beneficio de la banca, los grandes
promotores inmobiliarios y grandes constructoras.
Ha sido
pues por el desenlace de este proceso por lo que no he escrito en estos últimos
meses con la frecuencia habitual. Hoy, dispongo de otra vivienda rústica adquirida
donde no se con que prontitud me iré a vivir. Porque mi opción es seguir
viviendo como hasta ahora, libre, rodeado de campos, aunque espero que en esta
última lo esté por un pequeño bosque, pues los campos, apestados de
insecticidas y llenos de maíz transgénico poco me atraen. Es ahora que por fin
hemos adquirido un nuevo lugar en el que pensar. Una casa de adobe (como la que
habito hoy), con más de cien años de historia en sus muros.
Mucho será
el trabajo a realizar, pero contamos con una inmensa riqueza. La negativa de los bancos a financiar
viviendas en terreno rústico nos obliga a comprar a precio de derribo con
préstamo personal. La verdad que ha sido un trámite innecesario, aunque lo
hemos hecho. La solidaridad de amigos y familiares hubiera hecho posible la
compra sin depender del banco, concertando créditos sin intereses con estas
personas. Aún así, el dinero de la compra lo hemos solicitado a los bancos que
hemos contribuido a rescatar, y el dinero de las reformas será aportado de
forma solidaria mediante préstamos sin intereses por personas que sin duda nos
aprecian. A esto se añade el ofrecimiento de ayuda manual para todos los
trabajos que sean necesarios, desde desescombro y limpieza a levantar muros y
retejar pasando por petición de permisos de obras y demás. Así, el primer pago
de la expropiación que esperamos se sustancie a primeros del 2016, será para
devolver lo prestado.
Estaré pues
atareado con las reformas de nuestro futuro nuevo hogar, así que no podré
atender este blog con la frecuencia necesaria, ni leer a los blogs amigos tan amenudo como me gustaría. Pero espero que en dos años el proyecto esté
consumado. Es el plazo que creo discurrirá, entre que resuelven las alegaciones
propuestas a los estatutos de la junta de compensación por abusivos, (ya que en
algunos puntos no respetan la ley establecida y merman derechos a los propietarios aunque los servicios jurídicos
del Ayuntamiento sorprendentemente no lo han advertido) hasta el pago de la primera mierda pinchada en
un palo que nos ofrecerán como expropiación y lo que tardará el tribunal en
responder a nuestra más que probable solicitud de justiprecio que pondrán fin al proceso expropiatorio.
Es
paradójico que ahora que el consistorio está en otras manosy que están decididos a acabar con esta locura no se pueda parar
esta huída hacia adelante puesto que el impulso de la misma ya sólo está
sujeto a la iniciativa privada. También es paradógico que la ley que hizo el PSOE para favorecer a los promotores y que provoca que nuestra tierra se haya depreciado hasta el valor de tierra rústica también afecte al promotor que posee 150 hectáreas de finca rústica comprada a un precio desorbitado. Sólo le queda huir hacia adelante urbanizando todo para que su terreno se convierta en urbano y tenga algún valor. Creo que nunca veremos casas en este lugar y que contemplaremos nuestra casa envejecer y derrumbarse por falta de mantenimiento sin edificios a su alrededor. Pero no somos los primeros ni seremos los últimos. Unos se fueron por embalses, otros por repoblaciones de pinos, nosotros por urbanizaciones, otros para hacer una Expo del Agua, y muchos, millones por hambre y guerras. Quizá esto es más frecuente de lo que nos parece.