Esta
secuencia de colocación de patas traseras en el mismo lugar en el que se
encontraban antes las delanteras es una forma natural de movimiento. La mirada
atenta a la huella, que presenta incluso la impresión de las pezuñas secundaria
claramente nos muestra cómo podemos encontrar una clara impresión de cuatro
pezuñas secundarias muy próximas unas de otras, unas de la pata delantera y
otras de la pata trasera. Se advierte que claramente la mayor anchura de la
huella en la parte trasera, un indicio inequívoco de las huellas de jabalí.
A unos escasos 5 metros de la puerta de mi casa, al otro lado de una acequia, hay un campo de maíz que es el lugar donde seguramente permanece oculto durante el día. En varios lugares, se advierten huellas de merodeo. El jabalí se desplaza al paso, hecho que se nota en la configuración de las huellas, que no marcan las pezuñas secundarias y que se encuentran superpuestas, las traseras un poco retrasadas y sobre las delanteras . Si el jabalí aumentase la velocidad del desplazamiento, aparecerían las secundarias más frecuentemente y las huellas traseras se irían situando cada vez más adelantadas al ritmo que aumentase la velocidad, llegando incluso a sobrepasarlas y aparecer la impresión de las cuatro huellas independientes.
El destino del proscrito jabalí, huir eternamente del capricho escopetero del cazador. Por la creciente población parece que, se le da bastante bien huir de su perseguidor.
ResponderEliminarSaludos