jueves, 19 de noviembre de 2015

Huyendo del cazador

            
Estos días, debido seguramente a la masiva afluencia de cazadores a los montes con armas de fuego y perros, un gran jabalí se ha mudado a los alrededores de mi casa. Los primeros indicios los vi el lunes a medio día, cuando volvía caminando a casa. En primer lugar, vi las huellas correspondientes a un salto desde el camino. Dos huellas solamente, aunque en ellas se encuentra la impresión de las cuatro patas.
           
La secuencia de la impresión de esas huellas es la siguiente: el jabalí, desde el camino salta para salvar el desnivel. Primero cae en el suelo con la pata delantera izquierda, y un poco más adelante, debido al movimiento que lo proyecta hacia adelante, aparece la pisada de la pata delantera derecha. En ese mismo momento la pata delantera izquierda despega del suelo para un instante después, colocar en el mismo lugar la pata trasera izquierda, y posteriormente ocurre lo mismo con las patas delantera derecha y trasera derecha.
            Esta secuencia de colocación de patas traseras en el mismo lugar en el que se encontraban antes las delanteras es una forma natural de movimiento. La mirada atenta a la huella, que presenta incluso la impresión de las pezuñas secundaria claramente nos muestra cómo podemos encontrar una clara impresión de cuatro pezuñas secundarias muy próximas unas de otras, unas de la pata delantera y otras de la pata trasera. Se advierte que claramente la mayor anchura de la huella en la parte trasera, un indicio inequívoco de las huellas de jabalí.

           
             


A unos escasos 5 metros de la puerta de mi casa, al otro lado de una acequia, hay un campo de maíz que es el lugar donde seguramente permanece oculto durante el día. En varios lugares, se advierten huellas de merodeo. El jabalí se desplaza al paso, hecho que se nota en la configuración de las huellas, que no marcan las pezuñas secundarias y que se encuentran superpuestas,  las traseras  un poco retrasadas y sobre las delanteras . Si el jabalí aumentase la velocidad del desplazamiento, aparecerían las secundarias más frecuentemente y las huellas traseras se irían situando cada vez más adelantadas al ritmo que aumentase la velocidad, llegando incluso a sobrepasarlas y aparecer la impresión de las cuatro huellas independientes.

1 comentario:

  1. El destino del proscrito jabalí, huir eternamente del capricho escopetero del cazador. Por la creciente población parece que, se le da bastante bien huir de su perseguidor.

    Saludos

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