Hemos visto
en una entrada anterior los dientes de los cánidos. En este caso hablaremos de
los félidos o felinos, que es otra familia del orden de los carnívoros. La
dentición de estos animales es la típica de súper-carnívoros es decir; que
corresponde a unos animales que consumen de forma casi exclusiva carne. Los
incisivos se encuentran en igual número que en otros carnívoros, al igual que
los caninos, pero los molares se han reducido tanto que sólo el grupo carnicero
que caracteriza al orden es funcional.
Los caninos
son especiales y un vistazo rápido a uno de ellos ya nos indica que pertenecen
a la familia de los felinos. Dos acanaladuras longitudinales cuya longitud es variable
según las especies, están presentes en estos dientes. Se aprecian dichas
acanaladuras en las fotos de este cráneo y la mandíbula de lince boreal.
La fórmula
dentaria del lince es la siguiente:
I 3/3; C 1/1; PM 2/2; M 1/1.
El gato en
cambio tiene un premolar más en el maxilar, quedando la fórmula dentaria como
sigue:
I 3/3; C 1/1; PM 3/2; M 1/1. Aún con todo, este premolar de más falta en muchos ejemplares de gato debido a que es vestigial y de pequeño tamaño. Aparece como un pequeño diente que en ocasiones ni llega a ser puntiagudo y que se sitúa entre el canino y el premolar que vemos aquí en primer lugar.
Quiero
aclarar que este cráneo no es auténtico, pues se trata de una réplica en resina hecha por mí mismo a partir de un
cráneo original que fue prestado por el Parque Faunístico La Cuniacha. El lince
era un ejemplar del parque que murió. Construí dos réplicas, una que está en el
interior del lince que disecó el taxidermista J. Causapié y la que aquí podéis
apreciar. De este modo, el cráneo original propiedad del Parque, quedaba para
que pudiera ser utilizado con fines científicos y así poder ser prestado a las
instituciones que lo solicitasen.