Como ocurre
con todos los seres vivos, la evolución en el transcurso de los tiempos ha
tallado los cuerpos de los mismos para que sean lo más efectivos posible en el medio en que se
desarrollan. Los que mejor adaptados están
tienen más posibilidades de dejar descendencia, o ésta es más numerosa que la
de los otros. En ocasiones, las pequeñas diferencias que tiene cada individuo
sólo son ventajosas en algún caso concreto, como puede ser una gran sequía o un
invierno más duro por ejemplo, y el resto del tiempo estas diferencian no
presentan ventajas ni se traducen en mayor éxito reproductivo. Quien sabe cuántas
“mejoras” no se habrán podido transmitir a la descendencia al no haber podido
jugar sus cartas en la partida de la selección natural.
Sea como
sea, el hecho es que aún a pesar de las dificultades de una selección tan
sujeta al azar, podemos contemplar admirables y curiosas adaptaciones. A mí
personalmente, una que me llama especialmente la atención en el caso de los
barrenillos es la forma de la parte posterior o caudal de los élitros (las alas
duras que cubren el cuerpo de los escarabajos) y que conocemos como declive
elitral.
En el caso
de los monógamos, el declive elitral no tiene ninguna forma particular, (foto derecha) sino que
es redondeado y está orlado de quetas (pelos) de mayor o menor longitud. Estas
quetas son válidas como indicadores específicos propios en algunas especies. Estos élitros,
que no presentan ningún tipo de modificación drástica, cumplen con la función
de limpieza de la galería materna perfectamente, ya que esta es corta y su
disposición generalmente favorece la eliminación del serrín y los excrementos
propios y de la pareja sin necesidad de trabajos muy costosos (foto arriba izquierda).
En el caso concreto de Scolytus
scolytus, y puede que en otros, se da la circunstancia de que el escarabajo es polígamo y sin
embargo tiene forma de escarabajo monógamo. Es un claro ejemplo de escarabajo
cuya forma no se adapta a su trabajo.
Esto lo
vamos a entender mejor si hacemos un paralelismo con las sociedades humanas. Tenemos
algunas sociedades que son polígamas o donde culturalmente se acepta la poligamia y otras
monógamas, en las que la poligamia incluso es punible. En el caso de sociedades polígamas, uno tiene tantas parejas como pueda "atender correctamente". En las sociedades
monógamas, también hay ejemplares que practican activamente la poligamia. En
estas sociedades esto, además de ser un delito, representa una falta de responsabilidad paternal-maternal .Este es el caso de Scolytus scolytus, que abandona a una hembra y las labores de mantenimiento de la galería para buscar otras hembras a las que luego dejará con la carga de la puesta y el mantenimiento del hogar. Vemos pues que en el caso de las excepciones, por lo menos de esta, el macho no presenta la morfología típica de un polígamo porque realmente su comportamiento en cuanto a las labores de mantenimiento de las galerías maternas es más de “escarabajo con paternidad no responsable” que de escarabajo polígamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario