sábado, 24 de marzo de 2012

Huellas delicadas


Este año ha nevado poco. Recuerdo aquellos años en los que nieva incluso por los alrededores de Zaragoza. Sacaba a los niños del colegio y aprovechábamos para hacer un “día blanco” pero de verdad. En vez de que esquiaran en un entorno desconocido, nos íbamos al mismo bosque mediterráneo que visitamos en primavera con sus orquídeas, o en verano con las nuevas aves rapaces adornando el cielo. Entonces jugábamos a darnos bolazos de nieve, a bajar por las cuestas (más sobre piedras que sobre nieve) con el trineo o a “estrenar"  la nieve que cubre los caminos donde quedan las huellas de la actividad de todos los animales. Hace de esto seis años y mis hijos todavía recuerdan esas experiencias.
Este año, ni tan siquiera en las zonas de montaña se ha podido disfrutar de la nieve. Yo que siempre voy a la búsqueda de huellas de animales  os traigo aquí una huella curiosa. No está fotografiada en el monte, esta es de mi casa, en ese sitio que nosotros llamamos jardín pero que no sé si se identifica exactamente con esta palabra.
Corresponde esta huella al aterrizaje de un gorrión. Se puede ver la marca de las plumas de las alas y las de las patas cuando toma tierra. El gorrión descendería en dirección desde abajo hacia arriba en la foto. Las alas trabajan para reducir la velocidad y tomar tierra. En estos últimos aleteos las plumas primarias llegan a rozar el suelo y un poco más allá las dos patas toman contacto con el suelo a la vez. Sólo la fina capa de nieve permite que las alas dejen impresión de su roce en el suelo.
Otros gorriones han dejado sus huellas cerca de esta que os indico. En este caso, uno se desplaza desde la parte de abajo de la fotografía hacia la parte superior derecha. La huellas aparecen de dos en dos, ya que el modo de desplazamiento normal del gorrión es dando pequeños saltitos con ambas patas a la vez. Otro rastro, situado más a la derecha se dirige en sentido contrario al anterior.
 Esperemos que el año que viene podamos volver a jugar en la nieve en Zaragoza y volver a contemplar huellas como esta.

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