Quizá algunos de vosotros gozáis como yo de los paseos en la
playa. El mar arroja cosas curiosas que algunas veces no sabemos bien qué son.
Una de ellas son los huesos de las sepias. Se llaman "jibiones".
Normalmente, las sepias que se
venden en las pescaderías están limpias y en semi-conserva, y el aspecto que
presentan es blanco. La sepia es uno de los maestros del camuflaje, y el
aspecto de este animal en fresco es diferente del que estamos acostumbrados a
ver.
Si tenemos ocasión de comprar en nuestra pescadería alguna
sepia fresca y “sucia”, al momento veremos que su tacto es duro. Bajo su cuerpo
que conocemos como manto, hallaremos un “hueso” grande y rígido que normalmente
se comercializa como aporte de calcio para las aves de jaula. Estos huesos, que
son muy ligeros, flotan con gran facilidad por lo que son arrastrados
frecuentemente a las playas donde se encuentran con cierta abundancia. Blancos
y flotando, algunas veces las gaviotas los confunden con peces muertos. Éstas
los recogen y tras comprobar que realmente no se trata de ningún pez los abandonan
de nuevo pero con las marcas del pico de las mismas. Algunos presentan las
marcas de bocados de peces, teniendo el aspecto de pequeñas tablas de surf
atacadas por un tiburón. Son las tablas de surf de los pequeños gnomos que habitan los bosques del litoral.
Muy interesante! Nunca he visto estos objetos, pero me encantó la definición poética de las tablitas de surf!
ResponderEliminarSaludos!