Una de las cosas buenas que tienen las riadas, es que al
salirse el río de su cauce habitual, deposita una capa de lodo fino por lugares
en los que habitualmente caminan multitud de animales proporcionando un
substrato adecuado para la impresión de huellas. Al ser tan fino este lodo, los
más pequeños animales pueden dejar sus huellas sobre el mismo.
Estar en período vacional con la familia me permitió hacer
una muy breve escapada para sacar huellas y fotografié alguna de ellas. La gran
población de ardillas que habita los bosques de ribera del Gave de Pau
permitieron la obtención de numerosos moldes de huellas que en otros lugares
son difíciles de obtener al ser un roedor de hábitos forestales y arborícolas.
Aquí os dejo un par de fotografías de huellas de ardilla (Sciurus vulgaris)en las que podemos
apreciar las 4 extremidades en una posición que se corresponde con el salto. En
el primer lugar, la foto superior donde se aprecian las dos manos, muy bien
marcadas con los cuatro dedos típicos, la almohadilla palmar trilobulada en
forma de media luna y por detrás de esta dos almohadillas más, una palmar y
otra correspondiente al “talón” de la mano o muñeca que es la almohadilla carpiana. Por delante de estas huellas, aparecen las de los pies, pero algo
menos marcadas. En estas extremidades la ardilla presenta cinco dedos que no se
aprecian la huella.
En segundo lugar, una nueva fotografía de salto. Las dos
manos abajo, con la marca de los cuatro dedos y con la silueta de la superficie
de las palmas de las manos que no nos permiten observar la almohadilla
trilobulada arriba y las dos aisladas abajo, ya que el barro ha quedado pegado
a las manos y no dibuja convenientemente las almohadillas.
Más arriba aquí sí que podemos apreciar los cinco dedos de
las patas traseras y las almohadillas plantares más o menos alineadas.
Un sinfín de lombrices han labrado el suelo dejando un
dibujo de líneas más o menos sinuosas de fondo.
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