Ayer fui a trabajar de nuevo a la casa que tanto tiempo nos está robando. De hecho, desde hace mucho no salimos a pasear al campo porque casi todo nuestro tiempo lo gastamos en trabajar en la construcción de la casa. Algunas veces, los animales me hacen visitas que me traen a la casa las escenas que antes encontrábamos en nuestro paseos al campo.
Ayer, como digo, al entrar en lo que será el corral, (que es como llamamos en mi tierra al patio central que se encuentra en las viviendas tradicionales que llamamos "torres") contemplamos la obra de un carnívoro. "Se han comido a alguien dijo Belén. Una garcilla, parece." Observando el rastro, opinó que sería un gato, lógico si pensamos en que son frecuentes en la zona. Le dije que había sido un ave rapaz. Sólo ellas despluman así. Todas las plumas de vuelo arrancadas una a una, al igual que el resto del plumaje. Una revisión más detallada y encontramos el pico, indicando que el diagnóstico era correcto, se trataba de una garcilla bueyera (Bubulcus ibis).
Me decía Belén que no había sangre. Se dije que faltaba alguna pieza en el puzzle. Próximo al lugar del desplume, estaba el sitio donde tranquilamente terminó de comer su presa. a unos dos metros, junto a la puerta de un almacen, estaba el resto del escenario. Se veía un poco de sangre que había salpicado sobre la puerta. Además se advertía la "raya", que es la marca de excrementos blanco que algunas rapaces como los gavilanes expulsan de forma invariable cuando capturan una presa. esta raya, es de un grosor superior a las que he visto deja el gavilán. Además había un hueso largo del ala, la tráquea y también estaba el contenido estomacal de la garcilla. Esto me gustó menos, ya que en su interior había nada menos que tres lagartijas (Podarcis hispanicus) junto con otros restos. Estoy preocupado por el descenso de la población de lagartijas, que son presa casi seguro de las salamanquesas (Tarentola mauritánica) que están en franca expansión. De hecho he constatado restos de lagartijas en los excrementos de grandes salamanquesas.
El culpable del crimen ha sido más difícil de identificar. En un primer lugar, todo apunta a una gavilana, (Accipiter nisus) perfectamente capaz dar muerte a este ave aunque la aventaja en tamaño. Únicamente, considerar que normalmente, cuando consumen a una paloma, no llegan a desplumar las alas. Estas quedan en conexión con el resto del esqueleto que aparece práctiamente completo en el sitio. Definitivamente, no se trataba de una gavilana. No podía haber consumido los huesos.
Los restos, tal y como han quedado, son compatibles con un ataque de aguilucho lagunero, (Circus aeruginosus) . Ya hablamos en otra entrada de una paloma atacada por lagunero donde el escenario era idéntico. No creo que sea el autor un aguilucho lagunero. Creo que quizá es una presa demasiado grande para él. Aunque no tengo la seguridad de estas afirmaciones.
Pudiera ser un ataque de aguililla calzada (Hieraetus pennatus), aunque es algo improbable esta última opción porque ya deben de estar todas en áfrica. Algunos años se ha quedado alguna hasta casi finalizar noviembre, por lo que estaré vigilante por si la veo por la zona.
Visto lo visto, de momento y mientras no vea al aguililla, me voy a decantar por un ataque del busardo ratonero (Buteo buteo). Pero sólo porque he visto un ejemplar esta última semana a escasos 500 metros de la casa.
El ratonero es menos ornitófago que el aguililla calzada, que es mi sospecha más plausible. Estaré atento para poder confirmar mi hipótesis del aguililla...
buen trabajo detective grumete!
ResponderEliminarmuchas gracias...
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