miércoles, 29 de junio de 2016

Construyendo un hogar. Los pequeños pájaros...




                 Paralelamente a la lenta, lentísima rehabilitación de nuestra casa nueva, estamos intentando crear un sitio en el que poder vivir como nos gusta, rodeados de todos esos seres con los que compartimos aventura diaria. Nosotros nos mudaremos, pero habrá algunos vecinos que no se mudarán con nosotros. . Bajo los aleros de nuestra casa actual colocamos unas tablas para que no cayeran al suelo las crías de gorrión común (Passer domesticus), cuya foto encabeza esta portada. Los polluelos, que en los días más calurosos no podían soportar bajo las tejas, se tiraban del nido yéndose al traste siempre una pollada.. La idea que llevamos es que el día que nos mudemos contemos con una vecindad como la que ahora tenemos. Parece ser que en este caso los gorriones que anidan bajo las tejas no necesitan ayuda, de modo que no considero necesario más apoyo, si bien las tejas, que están pegadas con espuma, eviten la competencia por el sitio con el estornino negro (Sturnus unicolor) que tendrá más difícil el acceso.



              Durante más de una década, cerca de una docena de cajas-nido facilitan un lugar de cría a los gorriones molineros (Passer montanus) que viven en nuestra casa actual. Es así que esta temporada ya hemos colocado cuatro cajas-nido en los árboles que rodean lo que será nuestra casa futura. Oigo ya la llamada de los polluelos de la segunda nidada de los gorriones molineros, de modo que parece ser que contaremos con gran número de ellos dentro de unas temporadas. Están ocupadas las cuatro, y colocaré una quinta para la temporada próxima. Quedarán pendientes otras muchas, pero para eso todavía tengo que esperar a que los árboles tengan un tamaño razonable, que creo que tardaremos más de 5 años en conseguir.



 

He decidido que les voy a aportar algo de alimento suplementario y por ello he construido un comedero con parte de las maderas que me han sobrado de los tejados. Al principio hubo algo de reticencia a usarlo pero esta semana, compruebo que ya hacen uso regular de él y pronto tendré que reponer la comida. He dejado un pequeño espacio para posarse, de modo que espero que los estorninos no puedan hacer fácilmente uso de ella. Si los veo visitarla con asiduidad, intentaré poner trabas a su presencia, puesto que quiero favorecer aquí sólo a los gorriones y otros pájaros de su tamaño. En otoño pondré otro tipo de menú para los insectívoros que estén allí de forma ocasional hasta que el seto les ofrezca cobijo y puedan estar de forma continua. El agua la tienen asegurada puesto que dos acequias rodean en parte el terreno y como las tajaderas pierden, siempre hay puntos de agua. En un futuro próximo construiremos un estanque para los anfibios.