jueves, 22 de agosto de 2013

Los dientes de los ungulados. Équidos

Como terminación a las entradas de los dientes de los ungulados, hoy escribo sobre los dientes de los caballos y asnos. Los cráneos de los équidos son de forma muy alargada y estrecha, estando las órbitas situadas en una posición muy superior, siendo la prolongación longitudinal del mismo una adaptación especial que permite que se pueda albergar en el largo hocico una gran superficie masticatoria.
Los dientes de los équidos son del tipo de corona alta o Hipsodontos. Las coronas de sus molares presentan múltiples cúspides en forma de “lazos”, siendo pues del tipo conocido como lofodontas. La sección de los dientes es más o menos cuadrada o rectangular.
A diferencia que los ungulados anteriormente tratados, exceptuando a los suidos, los caballos y asnos sí presentan incisivos en el maxilar superior. Además, en el caso de los machos, también presentan caninos tanto en la mandíbula inferior como en el maxilar superior.
Sus incisivos son de sección cuadrada, al igual que el resto de piezas dentarias. La corona, no presenta inclinaciones como las de los selenodontos, sino que las cúspides de los dientes superiores cierran sobre las cúspides de los dientes inferiores en un plano horizontal.
Sí que presentan igualmente un diastema que separa el grupo de incisivos del grupo molar, si bien este diastema está dividido claramente en dos por el canino en el maxilar superior y algo menos claramente en el caso de la mandíbula inferior.



La fórmula dentaria es I3/3; C1/1; PM3/3; M3/3 en el caso de los machos e I3/3; C0/0; PM3/3; M3/3 en el caso de las hembras. En algunos ejemplares pueden aparecer cuatro premolares siendo el primero de ellos pequeño y no funcional, y que se conoce como “diente de lobo”. En las fotografías de arriba podemos advertir uno de estos molares en el maxilar superior derecho.







La forma de la mandíbula, permite la presencia de unos poderosos músculos maseteros, que son el complemento perfecto al equipamiento dental.

jueves, 8 de agosto de 2013

¿Topo o rata topera?

Andando por la orilla del Gave de Pau, me encontré con estas galerías presumiblemente realizadas por un topo. Esto supuso para mí un verdadero enigma. Hemos de pensar, que en fechas recientes este río se ha desbordado y que estas zonas han estado cubiertas por el agua con una profundidad de unos tres metros o algo más. Cuando veo las galerías y el montículo de tierra típico que deja el topo común (Talpa europaea), me pregunto: ¿dónde estuvo este animal durante la riada?. El topo es incapaz de huir de este sitio debido a su lentitud y a que no podía ir a ningún lugar seco cuando se inundó su guarida. He de pensar, que sus galerías más profundas no se inundan y que se mantienen secas a pesar de estar sumergidas, ya que no me cabe otra explicación. Por otra parte, hemos de pensar que cuando un río sufre un avenida, la mayor velocidad de la corriente produce un arrastre del fondo del cauce, y cuando la avenida cesa, la pérdida de velocidad provoca una nueva sedimentación, por lo que el suelo que estoy viendo no es el mismo que había antes de la avenida. Tanto el suelo antiguo como sus presuntos moradores estarán ahora a muchos kilómetros de distancia río abajo de aquí. En la orilla opuesta también se advertían montículos presumiblemente practicados por el topo, indicando que quizá fueron bastantes los topos que pudieron sobrevivir a la inundación en sus madrigueras.
Otra posibilidad que se me ocurre, es que fuesen madrigueras de rata topera (Arvícola terrestris), y que pudieron trepar a los árboles cercanos y retornar tras la inundación. Al ser esta posibilidad mucho más razonable, he de sopesar lo que se ve en las fotos para solucionar este dilema.
En principio. En contra de la teoría de que estos montículos responden a la autoría de un topo está que los montículos no están en línea con el túnel, sino que es como si surgiesen de ramas que parten de él. En contra a que la madriguera corresponda a una rata topera, la galería, que es apreciable en la superficie, y esta es una indicación de galerías practicadas por topo.

Buscando características que nos distingan los montículos dejados por un topo y los de una rata topera, sabemos que los montículos de topo se encuentran sobre los túneles que discurren por debajo, estando la salida de los materiales de la excavación en el centro del montículo. En el caso de la rata topera, el material es expulsado al exterior no desde abajo, sino desde un lado de la galería por lo que el montón aparece por  la acumulación del material que se expulsa por un lado. En la foto, el material es muy arenoso por lo que no se aprecia el agujero de salida del mismo, pero una mirada atenta, nos muestra que el suelo, algo compactado, ha formado una costra. La costra levantada aparece en aquel lugar en el que el suelo ha sido perforado desde abajo, y en el resto del montículo sólo se aprecia la acumulación de la tierra que es expulsada desde abajo por ese punto. En el caso de que la expulsión de la tierra se realizase en el centro del montículo, la costra estaría sepultada por los materiales de la excavación expulsados después, y no como en este caso que la costra aparece claramente sólo a un lado de dichos montículos, y el material de la excavación amontonado hacia un lado.
Esto nos indica que la tierra ha sido expulsada no desde abajo de forma perpendicular a una galería subterránea, sino desde un lado, diciéndonos claramente que esta guarida pertenece a una rata topera, y no a un topo.

sábado, 3 de agosto de 2013

Tejón cogido "por los pelos"

           
La expresión española "cogido por los pelos" indica aquella situación en la que alguien ha sido capturado o encontrado muy poco tiempo antes de que se fuera o desapareciera. Hago esta aclaración debido a la gran cantidad de visitantes que os acercáis a ese blog desde otros países como EEUU, Rusia, Alemania, Francia y otros, pues pienso que esta expresión es comprendida en  Latinoamérica. Si no es así para vosotros también la aclaración y gracias por vuestras numerosas visitas a todos.
            Estas vacaciones, como ya os conté las hemos pasado en Francia, cerca de Lourdes. Hicimos una visita al Pic de Jer, que es el monte más alto cerca de Lourdes, y nos dimos una vuelta por sus senderos. A pesar de ser senderos muy pisoteados, algunos asfaltados y con vallas en gran parte de su recorrido, un naturalista siempre encuentra indicios de la presencia de los más diversos animales.

             Los indicios de presencia de animal más frecuentes son los excrementos o las huellas, pero también podemos pecibir otros como plumas, nidos, etc. En el caso que nos ocupa se trata del pelo que queda prendido en las alambradas de espino que delimitan el lugar donde permanece el ganado. En este caso, un tejón había atravesado la valla por debajo, dejando un hueco donde el terreno estaba movido. La mirada atenta en las espinas nos regala con la presencia de pelo adherido y que es del típico pelo bicolor del tejón. Blanco con la parte central negra. Este pelo es similar al que presentan las brochas de afeitar, y de hecho, el pelo de tejón, rígido y largo es el que tradicionalmente se usaba para su confección. Hoy en día se utilizan pelos sintéticos que en algunos casos, presentan el diseño tradicional de dos colores que proporcionaba el pelo de tejón. Creo que en algunos casos todavía se usa pelo de tejón natural. Abajo, os pongo una foto de la típica brocha de afeitar de pelo de tejón.