Estas vacaciones, como ya os conté las hemos pasado en
Francia, cerca de Lourdes. Hicimos una visita al Pic de Jer, que es el monte
más alto cerca de Lourdes, y nos dimos una vuelta por sus senderos. A pesar de
ser senderos muy pisoteados, algunos asfaltados y con vallas en gran parte de
su recorrido, un naturalista siempre encuentra indicios de la presencia de los
más diversos animales.
Los indicios de presencia de animal más frecuentes son los
excrementos o las huellas, pero también podemos pecibir otros como plumas,
nidos, etc. En el caso que nos ocupa se trata del pelo que queda prendido en
las alambradas de espino que delimitan el lugar donde permanece el ganado. En
este caso, un tejón había atravesado la valla por debajo, dejando un hueco donde
el terreno estaba movido. La mirada atenta en las espinas nos regala con la
presencia de pelo adherido y que es del típico pelo bicolor del tejón. Blanco
con la parte central negra. Este pelo es similar al que presentan las brochas
de afeitar, y de hecho, el pelo de tejón, rígido y largo es el que
tradicionalmente se usaba para su confección. Hoy en día se utilizan pelos
sintéticos que en algunos casos, presentan el diseño tradicional de dos colores
que proporcionaba el pelo de tejón. Creo que en algunos casos todavía se usa pelo de tejón natural. Abajo, os pongo una foto de la típica brocha de afeitar de pelo de tejón.
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