miércoles, 24 de diciembre de 2014

Adaptaciones extraordinarias. El piquituerto

       
No estoy al 100% últimamente y la frecuencia de las entradas no es la que desearía. Hoy os pongo una entrada curiosa. Una de las cosas que más me fascina es la extensa variedad de formas que los picos de las aves presentan. No es raro si pensamos que es la herramienta con la que capturan o cosechan su alimento y la gran variedad de alimentos que las aves consumen. Hay picos adaptados a todos los usos y sus formas en algunos casos son realmente extrañas. Uno de los casos es el del piquituerto común ( Loxia curvirostra) y otros piquituertos. El pico de este ave es tan peculiar que si no sabemos de la existencia de estas aves y encontramos por casualidad un ejemplar muerto enseguida pensaríamos que habría muerto de hambre al no poderse alimentar.
            Se trata en este caso pues del pico de un verdadero especialista. Su alimentación  a base de piñones requiere de una herramienta adecuada para separar las escamas que los protegen. La forma del pico de éste ave le permite hacer palanca para separar las citadas escamas y extraer los piñones con gran pericia. Para ello dispone de un pico “cruzado”. La mandíbula inferior se desvía de modo que conforma una especie de alicate al cerrar sobre la mandíbula superior que le permite la separación justa de las escamas de las coníferas para poder extraer el piñón sin grandes dificultades. Hay ejemplares cuyo pico se desvía hacia la derecha y ejemplares cuyo pico se desvía hacia a izquierda como el de la foto que abre la entrada..

            Las piñas así tratadas, cuando se secan caen del árbol y presentan un aspecto típico con bastantes escamas con una raja o ranura longitudinal. Si la piña lleva poco tiempo “trabajada” se pueden advertir los lugares en los que se apoya el pico para hacer presión y separar las escamas en forma de pequeñas marcas puntuales. Cuando los piquituertos visitan una conífera son varias las piñas que aparecen bajo ésta tratadas en la forma que describo y que podéis apreciar en la foto inferior.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Interesantes noticias sobre el Yeti.

           
 El otro día tuve ocasión de ver un programa documental de televisión que hablaba del Yeti. Ya sabéis por mi entrada de “El abominable oso de las nieves” que a mi parecer muchos de los indicios hallados correspondían a osos y que otros eran falsificaciones, que generalmente aparecen en EE.UU.
            El programa estuvo interesante. En primer lugar, un genetista, Bryan Sykes se dedica a analizar el ADN de los pelos de los supuestos yetis que se han capturado en la cordillera del Himalaya, en diversos lugares que distan entre sí 1300km. El objetivo es analizar de forma científica los indicios que existen de la supuesta existencia del Yeti. Se centra principalmente en tres hallazgos.
           
Uno es el de un supuesto yeti disecado que se encuentra en la población de los Alpes Italianos, en Bolzano. Es propiedad de Reinhold Messner, alpinista que fue pionero al ascender el primero al Everest sin oxígeno y también el primero en coronar todos los ochomiles del mundo. Este yeti fue cazado por el naturalista alemán Ernst Schäfer en el año 1939, durante el Proyecto Tíbet llevado a cabo por los nazis que intentaban demostrar que la “raza aria” apareció en la zona del Tíbet. Fue disecado al llegar a Alemania y la viuda lo regaló al montañero a la muerte del cazador alemán sabiendo la sensibilidad de éste con el asunto del yeti y su amor a la cordillera. El montañero tuvo un encuentro durante el atardecer con una criatura grande que se mantenía sobre dos pies pero no puede asegurar lo que era. Tan sólo recogió una fotografía de la huella que os reproduzco y que pertenece sin duda a un oso. Él también piensa que el supuesto yeti no es otra cosa que un oso, pero cree que debe de ser “especial” por el lugar donde habita.
            Otro se corresponde con el que manifiesta haber visto Cristophe Hagenmuller. Este naturalista estaba en la región de Ladack en el año 2003. En esta zona se le da el nombre de Tengmou. Se encuentra con una persona que había caído del caballo y que él acompañó de vuelta a casa. Hablando del interés que Cristophe tenía en fotografiar animales, la persona que había caído del caballo le llevó a casa de un cazador que había cazado y disecado a uno sobre el año 1970. A pesar del aspecto raro que presentaba, Cristophe lo identifica como un animal mitad oso y mitad lobo del tamaño de un hombre pequeño. Pide permiso para recoger unos pelos que se lleva a su casa y guarda durante diez años hasta que, enterado del proyecto de Bryan Sykes, le hace llegar los pelos que éste último añade a las muestras a analizar en su proyecto.
            El tercero proviene de una muestra recogida por una expedición en busca de indicios de yetis realizada a la región de bhutan en 2001. Los pelos fueron recogidos de un tronco hueco donde los lugareños aseguran que suele pernoctar un Migou, que es como se denomina a la supuesta criatura en la región de Bhutan.
           
En el caso del primero, dado que se conoce su ubicación y ésta se encuentra en Europa, el propio Bryan es quien recoge la muestra de pelo. El supuesto yeti es el que se muestra en la imagen de encabezamiento. Se ve que es una piel montada sobre un “cuerpo” prefabricado y que faltan restos del animal como las garras o los huesos del cráneo. Se deduce al ver las fotos que el cazador alemán debió de traerse sólo la piel, pues los dientes que vemos en primer lugar no están colocados sobre el hueso y en segundo lugar están colocados de forma bastante lamentable.
Se aprecian tres caninos superiores que por el tamaño debían ser de lobo, un canino inferior, y las muelas carniceras colocadas como si fuesen los incisivos. A simple vista, yo lo identificaría como un oso disecado por un taxidermista criminal. Se aprecia el hocico típico de un oso sólo que este está colocado en posición vertical y sobre una “cara” plana. La abertura de la boca está cerrada con masilla para que la boca tenga un aspecto más parecido a la de un primate, pero se aprecia el contorno de la boca que corresponde con una apertura bucal de un hocico. El ADN de la muestra de este ejemplar está deteriorado y no se puede llegar a la conclusión de a qué animal pertenece la piel.

En los otros dos casos, la prueba de ADN revela una gran sorpresa. Se trata de pelos de oso polar (Ursus maritimus). Una gran sorpresa por varias razones. La primera es por la ubicación, bastante alejada de las zonas donde este oso se encuentra. La segunda es porque en los dos casos se trate de oso polar y que estos lugares se encuentran separados por más de 1300 km. Y la tercera, por que el ADN, que es como digo de oso polar, muestra que la secuencia más parecida es la que se extrajo de una mandíbula de oso polar hallada en Noruega y datada de hace 40.000 años.
Estos Datos dejan ahora algunas preguntas en el aire. ¿Es posible que una población aislada de osos antiguos emparentados con los polares exista en la cordillera del Himalaya?. ¿Son híbridos de oso polar y oso pardo como sugiere Bryan Sykes?.
Tanto si se trata de osos polares como si se trata de un supuesto cruce, inevitablemente estos proceden de la zona de contacto de poblaciones a miles de kilómetros y a mi parecer es mucha distancia para un mamífero.
Los datos son fiables. El pelo analizado pertenece a oso polar. Es la primera vez (a mi parecer) que las referencias de yetis o como se les llame tienen un sustento firme que apunta hacia una hipótesis de trabajo clara. Confirmar con la recolecta de pelo de osos a lo largo de la cordillera que se trata de poblaciones relícticas de “osos polares” marrones que inexplicablemente se mantienen aislados en esta cordillera en la que quedaron refugiados al retirarse los hielos. Unos individuos se dirigirían hacia el norte al ritmo que los hielos se retiraban y otros, los que originaron esta población, se dirigieron hacia el sur al ritmo de la retirada de los hielos ascendiendo junto con los hielos a las montañas hasta quedar aislados, como los propios hielos perpetuos en la cima de las montañas. Un caso parecido al del urogallo del Pirineo y la Cornisa Cantábrica, aislados de las poblaciones que se retiraron con los hielos hacia el norte mientras otra población  seguía a los hielos hacia el sur ascendiendo en altura hasta quedar aislada.
El supuesto de que son individuos híbridos de oso polar y pardo errantes capaces de desplazarse miles de kilómetros para ir parar a la cordillera del Himalaya no me parece plausible debida la inmensa distancia a recorrer. Esperemos más trabajos sobre las poblaciones de osos de la cordillera que parece ser que pueden aportar interesantes resultados.



El trabajo completo de Bryan Kyles, donde estudia muestras de pretendidos yetis, bigfoots, etc., tanto de Asia como de América del norte se puede ver en este enlace:  http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/281/1789/20140161.full.pdf+html y su título completo es “Genetic analysis of hair samples attributed to yeti, bigfoot and other anomalous primates”.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Castor en España... ¿invasor o perseguido?

            Hoy me toca hablar de los castores en el Ebro. Hace muchos días que quiero hacerlo. Lo primero y antes de empezar quiero agradecer a la Asociación Amigos de la Tierra Aragón la documentación aportada. La foto del castor es de commons.wikimedia.org


 Algunas personas pensamos que es una gran suerte que estos animales hayan regresado a la cuenca donde nunca deberían haber desaparecido. Al parecer desaparecieron hace unos 300 años. Sus fósiles se encuentran entre los restos de Atapuerca. Hay una gran polémica ya que las diferentes “administraciones” por las que discurre el Ebro han decidido que este animal no debería de prosperar en el mismo. 
En Aragón el esfuerzo que se hace por eliminar a los castores es como mínimo vergonzoso. Si tomamos los folletos sobre la pesca que el Gobierno de Aragón prepara para el caso del Ebro, y leemos el tratamiento que tiene con respecto a las Especies Exóticas Invasoras quedaremos perplejos. Existen algunos lugares en los que las Especies Exóticas Invasoras pueden estar sujetas a un régimen de captura y suelta voluntaria. Especies como el siluro (Silurus glanis), el cangrejo americano (Procambarus klarkii), el black-bass (Micropterus salmoides) o la lucioperca (Sander lucioperca) pueden ser pescados y devueltos al agua de forma legal. Especies que en el caso del siluro han sido introducidas de forma ilegal y cuyas consecuencias hemos podido observar incluso en el programa "Monstruos de Río".
El castor es eliminado sin compasión con la excusa de que ha sido introducido de forma ilegal (como el siluro) y además se invierte dinero en la labor. El Gobierno de Aragón se gasta el dinero en eliminar una especie que debería proteger, ya que esta especie está protegida en Europa. Una especie que no se ha tenido que molestar en reintroducir por que ya lo han hecho por él. Es cierto que está mal que alguien introduzca especies en casa de otro de forma ilegal. Pero es bien cierto que el caso del siluro (Silurus glanis), una especie que jamás existió en Aragón no es el mismo que el caso del castor (Castor fiber), especie que desapareció por sobreexplotación.
Hay que decir que el caso podía haber sido similar. En Europa hay poblaciones de castor canadiense (Castor canadensis) cuya introducción hubiese sido equiparable a la del siluro. En el caso de que el castor introducido no fuese la especie europea la erradicación está justificada y es prioritaria.
Las poblaciones de castor europeo (Castor fiber), son el resultado de la reducción a pequeños vestigios de presencia en lugares aislados. En estas condiciones, se han reconocido varias poblaciones supervivientes que han vivido aisladas durante años. Estas poblaciones sufren lo que conocemos como “cuellos de botella” evolutivos en los que la población sufre una pérdida importante de variedad genética que pone a las especies en peligro frente a las enfermedades por pérdida de diversidad inmunológica (Avise 1994, Ellegren et al. 1993).
Estas poblaciones se han clasificado de forma tradicional en varias subespecies. Castor fiber fiber, Castor fiber albicus, Castor fiber galliae que ocupan la zona de población occidental (Noruega, Alemania y Francia) y Castor fiber belorussicus, Castor fiber osteuropaeus, Castor fiber pohlei, Castor fiber tuvinicus y Castor fiber Birulei que ocupan la zona de población oriental (desde Polonia, hasta Mongolia y China). Estas diferentes subespecies fueron descritas en base a las diferencias craneométricas existentes entre las diversas poblaciones (Freye 1960; Lavrov 1979; Heidecke 1986; Frahnert 2000). Actualmente, gracias a las técnicas de ADN,  si bien se pueden establecer diferencias entre las 8 subespecies identificadas tradicionalmente, las evidencias dicen que sólo dos subespecies están justificadas actualmente (Halley & Rosell 2003). Estas son por un lado, Castor fiber fiber, que agrupa a las poblaciones de Noruega Alemania y Francia y por otro, Castor fiber vistulanus que agrupa a las distribuidas en la zona oriental.
El Colectivo Ecologista Riojano y Los Amigos de la Tierra, han solicitado información a las diversas administraciones con el objeto de saber cuáles son las actuaciones que se están efectuando sobre las poblaciones de castores. Estas administraciones han efectuado estudios de ADN con el objeto de identificar a las subespecies de castores presentes en el Ebro. Los ejemplares a los que se les ha realizado el estudio han resultado ser en La Rioja Castor fiber fiber, e “hibridos” de Castor fiber albicus y Castor fiber galliae. En el caso de Aragón, los ejemplares capturados presentan el mismo espectro, habiendo individuos que se corresponden exactamente con los recogidos en La Rioja. Los gobiernos de La Rioja y de Aragón se escudan en esta “mezcla” de individuos para proceder a su exterminio.
A la vista de las nuevas propuestas científicas sobre la taxonomía de Castor fiber, hemos de pensar que:
1.      Los individuos que se encuentran en el río Ebro son todos pertenecientes a la subespecie Castor fiber fiber. No hay híbridos.
2.      Que los individuos presentes en el Ebro han tenido un apreciable éxito en su introducción. Es probable que el efecto “sangre nueva” resultado de la mezcla de dos poblaciones diferentes sea el responsable de este éxito.
3.      Que a tenor de este descubrimiento, se sugiere que cuando se haga una reintroducción se puede tener en cuenta mezclar a individuos de diferentes poblaciones, ya que esto ampliaría la diversidad genética sin comprometer la integridad subespecífica tal y como dicta la Unión Internacional Para la Conservación de la Naturaleza (Halley & Rosell 2003).
4.      Que  la población ibérica no corre peligro de perder pureza genética debido a que ya ha desaparecido. Se sugiere por parte de estas administraciones que la reintroducción en España debería de producirse con individuos de la población más cercana. Esta es la francesa. Esta población parece según los investigadores proceder de una población relíctica de seis parejas reproductoras cuando el mínimo establecido como viable es el de 25 (Halley & Rosell 2003). Ahora sabemos que algunos científicos creen que no está justificado considerarla subespecie, sin embargo.
5.      Que otra de las razones esgrimidas para la erradicación de estos animales es el peligro al que se vería sujeta la población de Castores de Francia. Según los autores antes citados, las divisiones de cuencas hidrográficas son una barrera efectiva para la expansión de los castores. Esto haría difícil la “contaminación” de las poblaciones francesas con individuos procedentes del Ebro. Si además tenemos en cuenta la existencia de los Pirineos nos damos cuenta de que este hecho es difícil sin intervención humana, y si depende de intervención humana, el riesgo existirá igualmente sean de donde sean las poblaciones y estén donde estén.


Es por todo esto, que creo y defiendo que los castores sigan adornando el río Ebro. Si bien es cierto que la reintroducción no ha sido legal, el criterio científico de tal reintroducción ha sido el correcto o más correcto que el que usa el Gobierno de Aragón para gestionar las especies invasoras y en cualquier caso, una administración que aboga por la suelta de Especies Exóticas Invasoras una vez capturadas no tiene categoría moral ninguna para cuestionar una reintroducción como la que nos ocupa.
Además quiero añadir que la eliminación no se lleva a cabo con el fin de reintroducirlos con otro criterio, sino que lo que se pretende es sus desaparición. Durante años, el Gobierno de Aragón ha repoblado con Back-bass. Incluso ahora sigue repoblando con trucha arco-iris (Oncorhynchus my-kiss) esterilizadas. Con esta absurda medida, se garantiza que las truchas no se reproduzcan, pero se alimentan y compiten con las especies autóctonas con las que convivan igualmente. El Gobierno de Aragón tiene diferentes varas de medir a las especies invasoras, y más bien lo que hace es gestionar a las que le gustan y las que no le gustan.


Sobre estas líneas, fotografía de Roberto López en donde se aprecian ramas roídas y  un árbol roído en la base con las virutas al pie de la roedura.

J. Halley & F. Rosell. Population and distribution of european beabers (Castor fiber).
D. J. Halley The Beaber´s reconquest of Europe: the satatus, future and management of a consevation sucess.
J. C. Ceña et al. Castor europeo en Navarra y la Rioja.




sábado, 15 de noviembre de 2014

Focas en la playa

El pasado verano, como ya os dije en otra entrada, hemos estado en la costa normanda. Además de las consabidas visitas a innumerables museos de historia de la Segunda Guerra Mundial que a nadie dejan indiferente, también cayeron visitas a algunos sitios de interés naturalístico. Uno de estos lugares fue el parque natural de las marismas de Cotentín. Hicimos un recorrido a pie por el parque y observamos a las aves desde los diferentes observatorios. Quedé impresionado con uno de ellos de dos plantas en un estado de conservación impecable. Las aves que vimos eran las habituales de cualquier zona húmeda aunque llamaba la atención el gran número de somormujos lavancos (Podiceps cristatus) que había, pues además de haber varias parejas, los pollos ya crecidos eran bastante numerosos. Otra cosa que llamó la atención fue que vimos bastantes rastros de coipú (Myocastor coipus) y de rata almizclera (Ondatra zibethicus), que era tan abundante que pudimos verla nadando tranquilamente desde uno de los observatorios. Por la tarde hicimos un recorrido en barca y observamos la cantidad de comederos de este último animal, que tiene por costumbre acumular conchas de bivalvos de agua dulce.

Disfrutamos de varias jornadas de marea baja paseando por la playa donde recolectamos algún que otro
"tesoro" para un naturalista como yo. Al lado, un alcatraz (Sula bassana) muerto entre los restos de uno de los puertos artificiales de acero y hormigón que los aliados trajeron remolcados desde Inglaterra para construir un puerto donde desembarcar el material tras el desembarco. También visitamos la Falaise des Vaches Noires, unos acantilados que contienen interesantes yacimientos fosilíferos. Se permite la recolección de fósiles sobre la playa y allí pasamos un buen rato hasta que una tormenta descargó un buen paquete de agua sobre nosotros.


El día más gratificante, no obstante es el día que visitamos la Baie des Veys, un lugar donde se ubica una colonia de un centenar de focas comunes (Phoca vitulina). Emprendimos la excursión por la tarde, con el fin de llegar al lugar donde se encuentran las focas con la marea baja. Las playas con marea baja, cuando el coeficiente es alto son interminables en Normandía. Esta bahía se encuentra al lado de la playa conocida con el nombre de Utah Beach el día del desembarco.
Desde bastante lejos ya se veían las formas que nos parecían focas, pero sin poder asegurarlo a pesar de los prismáticos. Poco a poco nos fuimos acercando hasta que vimos a una que se movía torpemente y otra que adoptó la típica forma de plátano que tienen cuando levantan la cola y la cabeza descansando sólo sobre el vientre. A partir de ese momento, cada pocos metros volvíamos a mirar con los prismáticos hasta que reconocimos varias docenas en la playa que teníamos enfrente y a unas seis entre adultos y crías crecidas en nuestra misma playa.
Cuando estábamos a unos 100-200 mts, las focas se fueron yendo al agua pero sin retirarse mar adentro. Permanecían muy cerca de la orilla, permaneciendo a menos de diez metros de nosotros.
Nos miraban con más curiosidad que miedo. Al fin y al cabo íbamos nosotros cuatro sólos.
Como todavía faltaban unos metros hasta el lugar donde se encontraban antes de echarse al mar, yo seguí caminando con el objeto de fotografiar la huellas que habían dejado, y fui seguido por una foca que se desplazaba a mi lado desde dentro del mar y que contemplaba con cierta curiosidad mis movimientos en la playa, conducta que despertó las risas de Lucía, mi hija.
Las contemplamos unos minutos y decidimos marcharnos con el fin de no molestar más.
A la vuelta, justo con el momento de mínima altura de la marea, la visión del horizonte era sobrecogedora. El mar aparecía como una muralla lejana más parecida a una cascada en la lejanía que al mar, recordando a la película aquella de los Diez Mandamientos. Si de repente el Sol y la Luna decidiesen dejar de atraer el mar, éste se precipitaría hacia nosotros que estábamos bastante lejos todavía de la zona donde se acaba la playa. En la foto de abajo no sé si se aprecia bien este hecho. Podéis pinchar sobre ella y hacer un zoom, pero la cámara con la que la hice no es demasiado buena. Aún así, aquí dejo el documento.
El día se acabó con una interesante experiencia para todos, ya que no habíamos visto focas en ningún lugar que no empezase por la palabra Zoo. La experiencia de verlas en libertad, aunque no es tan cercana como la que uno tiene en un zoo sí que fue muy especial.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Mantis en la tierra y en el mar...

No es la primera vez que hablo de la convergencia evolutiva. Y es que es una de las cosas que más perplejo me dejan siempre. La evolución parece que cuando “inventa” un método revolucionario de cazar o defenderse y este es exitoso, parece replicarlo en multitud de seres que no tienen relación ninguna entre sí.
Es el caso de las temibles pinzas de la mantis (Mantis religiosa). Las espinas de las mantis que están tremendamente desarrolladas no son un invento revolucionario. Realmente muchos insectos presentan espinas más o menos grandes y afiladas distribuídas por su caparazón exterior. La mantis necesitaba atrapar a sus presas con una rapidez asombrosa y a su vez, que las presas, que no mueren de inmediato quedasen fuertemente sujetas. Muchos insectos han desarrollado poderosas mandíbulas a tal fin. La mantis, en cambio, ha desarrollado unas espinas largas y finas en la parte inferior de los tarsos de las extremidades delanteras. Al replegar los tarsos sobre las tibias, que también poseen unas espinas muy desarrolladas, se produce una presa poderosa que sujeta con precisión a las infortunadas víctimas. La evolución favoreció a aquellas mantis que poseían las espinas que proporcionaban una sujeción mejor, llegando finalmente a quedar las espinas primigenias convertidas en auténticos cepos debido a la herencia y la selección natural.

Un crustáceo marino, la galera o cangrejo mantis (Squilla mantis), ha desarrollado un sistema similar. Las partes de sus extremidades no son equivalentes, pero el mecanismo es el mismo. En las articulaciones distales de sus patas delanteras, las espinas se orientan hacia adentro y hacia fuera respectivamente de modo que al replegar los segmentos de la extremidad, se forma un cepo parecido al que posee la mantis. En este caso, las espinas en ambos segmentos se complementan con huecos donde se alojan las espinas mayores, permitiendo la captura incluso de los escurridizos peces. El parecido es asombroso. Tal es así que el nombre científico de este cangrejo hace referencia a su parecido con la mantis.

domingo, 19 de octubre de 2014

Agujeros sobre la arena.

           
 Paseando por el río Gállego con mi hija, y fijándonos en las marcas que nos indican la presencia de seres vivos en la naturaleza, llegamos a una zona arenosa fruto de las últimas avenidas. La arena fina hace que cualquier ser vivo por pequeño que este sea deje marcas de sus actividades. No había huellas de paso de ningún animal, pero sí que había unas pequeñas cuevas que seguro que muchos habréis tenido ocasión de observar.
           

Permanecimos un tiempo con el fin de que   pudiéramos añadir alguna foto ilustrativa de quien es el que realiza estas galería que haga el blog más asequible. Tras unos minutos se acercó la dueña de la casa, que entró rápidamente en su interior y que sólo pudimos fotografiar a su salida. El viaje, que hizo lo hizo sin ninguna presa, dificultó la fotografía a la llegada. Generalmente, cuando llegan con una oruga, el peso que cargan es tan elevado que lo hacen con torpeza y de haber sido así podríamos haber obtenido una foto mejor.

            

            En primer lugar, decir que son muchas las especies de avispas cazadoras que podemos llamar enterradoras, y que no son otra cosa que avispas que no han dado el salto adoptado por las avispas alfareras que fabrican ellas mismas los hogares para su descendencia. Éstas avispas enterradoras practican agujeros en el suelo que abastecen con animalillos paralizados que serán devorados por las larvas de las avispas en el oscuro interior de sus moradas. Estos agujeros pueden ser practicados en diferentes tipos de sustratos, pero en este caso os ilustro los que se fabrican sobre arena.
           
Una característica de la arena, es la dificultad que entraña practicar un agujero debido a lo suelto de este material. Queda patente esta dificultad que es sin embargo la propiedad en las trampas de otras especies como la hormiga o el gusano león, pero que sin embargo es el efecto que estas especies aprovechan. Las laderas de un agujero practicado verticalmente se desmoronan hacia adentro siendo imposible construir una cámara hueca en la que depositar las presas y el huevo.
            Las avispas que practican sus agujeros en la arena se las han ingeniado para que las características de la misma no sean un problema. La capa más exterior de la arena, como ocurre en el resto de los sustratos posee una consistencia mayor que las partes no expuestas a la intemperie, dando la impresión de poseer una especie de “corteza” al modo de la tensión superficial que tiene el agua y que permite a los zapateros o patinadores desplazarse por ella sin hundirse.

            De este modo, el agujero que practican las avispas que moran en las arenas, no es más o menos vertical en el suelo, sino que lo que hacen es retirar la arena haciendo una galería en sentido horizontal de modo que la “corteza” más consistente (poco más pero sí lo suficiente) hace las veces de techo. Estos agujeros, suelen tener un aspecto aplanado, mucho más anchos que altos pero sirven perfectamente para su cometido. Son practicados a gran velocidad, y puede haber gran cantidad de ellos debido a que no todos cumplen con las exigencias de calidad de las avispas. 
Para su construcción, las avispas utilizan sus patas delanteras que mueven a gran velocidad arrojando la arena fuera mientras se sostienen con los dos pares de patas posteriores. Cuando el agujero es del agrado de la avispa, la arena arrojada al exterior indica que el agujero tiene bastante profundidad.
            El agujero, será abastecido con insectos paralizados y sobre ellos la avispa depositará un huevo. Inmediatamente después la entrada será sellada y la arena desalojada extendida para que nada indique que bajo la arena existe una cueva en la que una larva de avispa se desarrolla comiéndose a un insecto en vida.

            La larva pupará en el interior de la cámara y cuando termina su transformación una nueva avispa saldrá al exterior a través de la arena, comenzando una nueva vida de cazadora. Es fácil deducir la fragilidad de estos nidos que pueden arruinarse y desmoronarse por dentro ante el paso de cualquier animal por la superficie o por una tormenta fuerte,

lunes, 13 de octubre de 2014

Recuerdos del verano 2

           
 Continuando con la entrada de las playas de Alcocéber, en esta entrada os cuento las cosas que pudimos ver buceando en la Cala Mundina.
            Nada más entrar, en las zonas batidas por las olas, al abrigo de las rocas y en las zonas algo sombrías podíamos encontrar quisquillas ( Palaemon spp.) como las de la foto superior que movidas por la curiosidad se acercaban a nuestras manos  por si podían sacar algo de lo que alimentarse. Remover el fondo es algo que las atrae como un imán. Son unos animales muy abundantes a la vez que bonitos, con sus cuerpos transparentes que los hacen difíciles de localizar.
           
En las grietas de las rocas encontramos blenios como la moma (Blennius galerita) que vemos en la foto de la izquierda o  los poderosos cangrejos morunos (Eriphia verrucosa), activos depredadores de otros cangrejos que son capaces de proporcionar dolorosos pellizcos con sus quelípedos o pinzas. Los ejemplares más grandes pueden ocasionar heridas. Aparecen siempre resguardados por sus poderosas “pinzas” de modo que son difíciles de sacar de sus agujeros. Aparecen como bolas peludas debido a las numerosas cerdas que cubren sus “patas”. De color pardo-rojizo y amarillo.
            Se ven muchos alevines es estas zonas, pero cuando nos adentramos algo más el tamaño de los peces aumenta y también los grupos se hacen más numerosos. El más abundante con diferencia es el raspallón (Diplodus annularis) con su mancha negra característica en el pedúnculo de la aleta caudal. Fácil de confundir con la menos abundante oblada (Oblada melanura), que también presenta esta mancha oscura si vienen este caso la mancha está rodeada de un halo blanco. Algo menos abundante es el sargo (Diplodus sargus), que se diferencia del raspallón por presentar una serie de líneas verticales además de la citada mancha en el pedúnculo caudal.
            Otros peces presentan más colorido, y dentro de ellos el más abundante es la salpa (Boops salpa),  llamativo debido a las rayas amarillas que lo recorren longitudinalmente. Más coloridos sin embargo son las julias o doncellas. (Coris julis), auténticas joyas multicolores que además presentan la característica curiosa de cambiar de sexo con la edad, siendo los ejemplares más grandes y viejos machos y los más jóvenes hembras. Más abigarrados y de tonos más crípticos, los tordos (Crenilabrus spp) se acercan con curiosidad cuando estamos inspeccionando las rocas.
            Otros peces menos llamativos por sus colores pero familiares al estar muchas veces en los mercados son la lubina (Morone labrax), la dorada (Sparus aurata) y la breca (Pagellus erythrinus).
            Como curiosidad vi por vez primera un pequeño grupo de tres ejemplares pequeños de espetón (Sphyraena sphyraena) que es la barracuda del Mediterráneo, y varios ejemplares de corvallo (Johnius umbra) que cuando nos acercábamos se ocultaban bajo las rocas.
           



Al volver a la playa, de forma invariable las piedras aparecen salpicadas de ejemplares de blénidos (Blennius spp.) de diferentes especies, como este blenio esfinge (Blennius sphinx)
Tras estas experiencias inolvidables, la piscina y a descansar hasta el día siguiente.

            

lunes, 6 de octubre de 2014

Recuerdos del verano 1

           

Os contaba que este año, en nuestra “semana mediterránea” habíamos hecho una jornada intensiva de mar. El lugar elegido ha sido la costa de Castellón, más concretamente Alcocéber. Durante una semana hemos acudido a nuestra cita con el mar. Ha habido días de playa arenosa pero al final tomamos la determinación de ir mejor a las calas pequeñas, ya que mis hijos ya no juegan a hacer castillos y sin embargo sí que disfrutan con la máscara y el tubo buceando en las proximidades de la orilla. No es necesario hacer grandes ni lejanas inmersiones para pasar unos ratos buenísimos en la playa, en lugares cuya profundidad no es necesario que supere ni los dos metros, aunque con aguas algo más profundas se ven peces algo más grandes. Las tardes en la Cala Mundina (arriba) fueron muy entretenidas, pero las dos mañanas que pasamos en la Cala Blanca (abajo) no lo fueron menos. El fondo de la Cala Blanca es de arena pero a los dos lados hay zonas de rocas donde la fauna era la misma que pudimos ver en la Cala Mundina y de la que os hablaré esta vez y en la siguiente ocasión. Para ver las imágenes que identifiquen a aquellos especímenes de los que no dispongo fotografía, lo mejor es poner los nombres científicos en el buscador y buscar imágenes.
            La que más nos gusta es la Cala Mundina, cuya foto os pongo al principio de la entrada. El fondo de la Cala Mundina es de canto rodado. Esta cala es la parte final de un barranco que baja de la sierra de Irta. Tan sólo hay erizos en una pequeña cueva, por lo que no hay peligro de pincharse si bien es buena medida usar escarpines para proteger las plantas de los pies. Con apenas 50cm. de profundidad, ya empezamos a ver muchas cosas interesantes. Al entrar, una parte de la cala está repleta de los restos de algas que el mar arroja a la playa. En este caso eran algas rojas, creo que Laurenia obtusa
Entre las algas que cubren las rocas quiero destacar a la Padina Pavonia, por lo llamativa debido a que las rocas aparecen salpicadas de teatros romanos en miniatura. No es especialmente grande ni frondosa, pero sí llama la atención por su abundancia. También es bastante frecuente la Acetabularia acetabulum, que apareciendo en pequeñas colonias asemejan a las playas con multitud de sombrillas para personas en miniatura. Las piedras están cubiertas de un tapiz verde, y cuando la profundidad aumenta aparecen algunas algas Caulerpa prolifera que aguantan bien en acuario y de las cuales tengo en el mío. Lucía me encontró en la orilla una mano de muerto (Codium vermilaria), mezclada con el resto de algas rojas arrancadas, que ahora la tengo en el acuario y que de momento sobrevive. A la derecha la foto.
            En estas zonas poco profundas, el animal que más nos sorprendió, ya que yo sólo había visto una y además en este mismo lugar diez años atrás fue una liebre de mar (Aplysia punctata) que toqueteamos un poco, hicimos nadar ante nuestros ojos para disfrutar con sus ondulantes movimientos y que después colocamos en la misma grieta en la que la habíamos encontrado. Los chicos encontraron varias estrellas de mar (Coccinasterias tenuispina) de estas que viven sobre las rocas y que si la mayoría de las estrellas de mar se caracterizan por poseer cinco brazos, en el caso de estas la característica es tener un número indeterminado, siete u ocho, pero raramente cinco.

           
Además de las algas que tapizan las piedras y las estrellas, multitud de peces y cangrejos viven bien en las grietas que se forman entre las rocas o en los agujeros que quedan bajo las mismas. Generalmente, para bucear suelo llevar unas láminas plastificadas con los nombres de los peces y de otras faunas más frecuentes, pero este año me lo dejé en casa, cosa que lamenté, ya que podía habérsela dejado a Quique que seguro habría aprovechado más las jornadas.

viernes, 26 de septiembre de 2014

De nuevo a la mar...

           
 Por fin puedo publicar algo. Casi dos meses sin internet en casa gracias al 1004. Al final he tenido que hacer una nueva línea en una tienda y en menos de 24 horas, teléfono, internet y tv de golpe.
Os voy a contar a lo largo de varias entradas las experiencias naturales de este verano. En primer lugar, aunque no en orden cronológico os voy a hablar de la experiencia mediterránea. Siempre me maravilla este bosque que es capaz de arrodillarse para contemplar en mar Mediterráneo. Yo, que vivo en Zaragoza, si salgo a andar cerca de casa, lo hago o bien por el río o bien por el bosque xeromediterráneo que rodea mi ciudad. El pino carrasco, (Pinus halepensis) rey indiscutible de la situación cuando las temperaturas bajas no se lo impiden, no tiene rival en las condiciones subdesérticas del valle del Ebro. Le acompañan los lentiscos (Pistacia lentiscus), coscojas (Quercus coccifera), aladiernos (Rhamnus alaternus), espinos negros (Ramnus lycyoides), sabina negral (Juniperus phoenicea), el enebro (Juniperus oxycedrus) y en algunos sitios, la sabina albar (Juniperus thurifera).
            

Me acerco a la playa y allí está él. Con ese aspecto de estar siempre al borde del colapso y arrastrándose hasta el límite adoptando un porte en forma de cuña hacia el mar (foto de arriba) provocado por la muerte que la brisa salada produce en los brotes nuevos cada año (foto izquierda).





Incluso el lentisco adopta este porte. En la foto de la derecha podemos ver como los brotes de la parte superior mueren como en el caso del pino.
Tan sólo los algarrobos (Ceratonia siliqua) y los palmitos (Chamaerops humilis) que debido a su abundancia son difíciles de ignorar me dicen que no estoy al lado de mi casa. Y el mar. El mar inmenso y lleno de vida que salpica de pequeñas calas rocosas o arenosas la costa y que ahora que mis hijos son más mayores nos brindan esos lugares en los que con una máscara y un tubo podemos suspendernos de la superficie del agua contemplando los fondos con la mirada privilegiada de un cernícalo. Nunca me aburre la programación que ofrece el mar, aunque tras unos días ya conoces a algunos de sus vecinos.

            Me fijo  algo menos en los habitantes de la tierra, debido a que estamos aprovechando esa semana de mar Mediterráneo que tenemos al año de forma intensa en la playa, aunque debido a la insistencia de una lagartija colilarga (Psammodromus algirus), os ofrezco este posado al alcance de la mano de este no siempre demasiado confiado reptil. Esperemos que ahora esté de una forma más continua en la red.

miércoles, 27 de agosto de 2014

En dique seco

     
     
            Debido a las inclemencias del tiempo virtual, he estado unos días sin ADSL y por lo tanto el Beagle ha estado en dique seco. Las vacaciones, los trabajos pendientes en casa tras ellas, y finalmente la decisión de nuestro suministrador de cortarnos internet antes de que nos llegara el servicio de la otra compañía han imposibilitado que este barco siguiese navegando por la red. 
            Los barcos de verdad, los de “carne y hueso” también hacen sus paradas para reparaciones y puestas a punto. Pese al “dominio sobre la naturaleza” que ejerce el hombre, algunas de esas reparaciones se deben a la acción de los seres marinos sobre las embarcaciones.
           Un molusco especializado con aspecto de gusano, la broma ( (Teredo navalis), desarrolla su vida en el interior de la madera, que al no existir en el mar, proviene de la que es arrastrada mar adentro por las avenidas de los ríos. La larva de la broma, que es libre y que flota en el plancton, se introduce en la madera. El molusco, que se alimenta de madera, va practicando galerías en el interior de la misma por la acción de sus dos pequeñas valvas, que actúan como una perforadora. La galería es cada vez más grande, creciendo  al ritmo que crece el animal. La galería siempre está conectada con el exterior, ya que por ese orificio que es por el que entró la larva, circulará el agua que filtrará el molusco para alimentarse, ya que además de madera, la broma puede alimentarse como otros bivalvos por filtración.
           
Cuando los barcos de madera fueron puestos en el mar, se vieron sometidos a la acción destructora de las bromas, obligando a ser puestos cíclicamente en dique seco para efectuar las reparaciones oportunas en el casco. Hoy en día podemos advertir el trabajo de la broma en cualquier trozo de madera que haya estado el tiempo suficiente en la mar y posteriormente haya sido arrojado a la playa. La fotografía ha salido en blanco y negro, pero es que como no veo bien los colores (daltonismo) no fui capaz de advertir que la cámara de fotos estaba en modo blanco y negro hasta que no vi el icono en la pantallita. Es por eso, que tengo unas cuantas fotos de las playas del Delta del Ebro en blanco y negro, y una de ellas es esta.

            Hoy en día, las embarcaciones se fabrican de fibra o de acero, de modo que la brom aha dejado de ser una pesadilla. No obstante, los balanos o bellotas de mar (Balanus spp.) son capaces de adherirse a los cascos del mismo modo que lo hacen a las rocas de la costa. Llega un momento, que el número de seres pegados al casco del barco es tal, que se ha de extraer del mar y los seres han de ser removidos del casco, pues con tal recubrimiento el barco se desliza peor por el agua haciendo disminuir la velocidad y aumentando el consumo de combustible de manera muy considerable.
Aspecto de trozos de madera con galerías de broma arrojados a la playa por el oleaje.

lunes, 14 de julio de 2014

70 años de los desembarcos en Normandía.

           

         
             El pasado seis de junio se cumplieron los 70 años del desembarco en las playas de Normandía. El 24 de agosto del mismo año, 1944, los blindados del regimiento nº 9 (la Nueve) compuesto por más de 150 españoles antifascistas entraron con la bandera constitucional española (tricolor) en París y llegaron hasta el Ayuntamiento. Iban rotulados con nombres de batallas de la guerra civil o como el de la foto con nombres como "España cañí". París fue liberado por los blindados del regimiento español y el primer vehículo que llegó al ayuntamiento de París fue el Guadalajara.
              Este año hemos ido a Normandía de vacaciones. Ya estamos de vuelta. Allí Quique, mi hijo mediano, puede dar rienda suelta a su afición por la historia de la Segunda Guerra Mundial. Una vez allí, los vestigios que inundan los pueblos y las playas  no dejan indiferente a nadie. Todavía se conservan algunos bunker en las playas, y algunos de ellos están musealizados con infinidad de material original de la guerra. Restos de embarcaciones, chatarra o incluso algún casquillo de bala se puede encontrar uno en las playas. Restos del muro, de las defensas anti-tanque y puestos de ametralladoras, estando incluso los cañones originales en cuatro de los puestos destinados a ello.
           
            En Arromanches, se puede apreciar parte del puerto artificial que instalaron para desembarcar la barbaridad de material que llegó a las playas normandas. Al fondo se aprecian los bloques grandes, que están anclados al suelo y que formaban el muelle. Desde ellos, partían unos puentes que se tendían sobre unas estructuras que parecen barcas y que comunicaban los muelles con la playa. Todo este puerto quedó desmontado tras una tempestad a los pocos días de construirlo.Pero no sólo soldados y material bélico fue lo que desembarcó en las playas.


           
          
            En el siglo XIX, con la aparición de la ostreicultura, se importaron ostras a Inglaterra procedentes de Virgina, EEUU. Parece ser que portaban larvas de unos moluscos ( Crepidula fornicata) que se afincaron de este modo en las costas inglesas. Con la enorme flota naval que condujo a los soldados y el material aquel 6 de junio de 1944 a las costas francesas, también desembarcaron ejemplares de este molusco, que hoy se han propagado hasta niveles astronómicos y que en algunas zonas de las playas como Arromanches son las conchas más abundantes que podremos encontrar.

             
Estos moluscos poseen una concha curvada adaptada para colocarse unos sobre otros formando "torres" de cinco individuos o incluso más. Esta forma curva les permite pegar por completo la concha sobre la de otro individuo, del mismo modo que hace una lapa sobre una roca. Al ser filtradores a pesar de ser gasterópodos, pueden permanecer en estas formaciones sin necesidad de desplazarse por lugares en los que su concha curva no permitiese un cierre tan eficaz. Incluso cuando son arrojados  a la playa por el oleaje y si todavía en sol no los ha matado siguen permaneciendo amalgamados unos contra otros. Es característico de las conchas poseer una especie de compartimento que divide parcialmente en dos la cámara de habitación.

sábado, 21 de junio de 2014

Las plantas también tienen parásitos.

                  
 El jueves subí a Ruesta para llevar y ayudar a Vicente, el antiguo coordinador que deja el cargo por enfermedad. En la tele sólo había una noticia según comprobamos en el bar donde nos tomamos un café a mitad de camino. Los reyes nuevos, los viejos y los futuros. No pude hacer entrada para el blog esta semana, pero la noticia del día y unas fotos que pude hacer en Ruesta a unos orobanches  y a una mata de muérdago me animó a escribir una pequeña entrada sobre el parasitismo. La foto del encabezamiento pertenece a Orobanche hederae, una planta que parasita a la hiedra (Hedera hélix) de la que toma su nombre específico. La planta, como vemos en las fotos, consta tan sólo de un tallo del que salen las flores, pues su raíz busca las raíces de la planta huésped y de ellas obtiene los nutrientes y agua necesaria. No necesita tener hojas ni clorofila, de modo que su inversión sólo consta de las raíces con las que robar el alimento y las flores que le permitan propagarse después. Realmente es como si a la hiedra le saliesen unas flores diferentes a las suyas, tal es el grado de parasitismo. Sus semillas son distribuídas por el viento.

           Tenía fotos de otro parásito en el ordenador. En este caso, se trata del Arceuthobium oxycedri. También se le denomina muérdago enano. Como vemos en su nombre científico, también toma el nombre específico de su huésped, el enebro (Juniperus oxycedrus). En este caso, el nivel de parasitismo no es tan elevado, pues podemos apreciar que su color es verde, con lo que la fotosíntesis la realiza por él mismo. Sólo robará de su huésped la savia bruta que él mismo manufacturará. El modo en el que llega a “subirse” sobre el arbusto no lo sé pero intuyo que será de un modo parecido a como lo hace el muérdago. Parece arte de magia el modo en el que aparece esta planta, de aspecto algo carnoso sobre las secas ramas y afiladas hojas del enebro.
          El muérdago (Viscum album) es un parásito algo más conocido, debido a que afecta a plantas de las que obtenemos beneficios económicos. Es como el arceuthobium un parásito parcial, que hemos dado en llamarlo hemiparásito o semiparásito. En este caso, os he puesto la foto de una mata que había en una acacia junto al antiguo frontón de Ruesta. En la zona de Ruesta podemos encontrar a  dos muérdagos diferentes según parece: el que parasita frondosas como frutales, chopos o en este caso la acacia y el que parasita coníferas como el pino. No he visto robles parasitados, pero hay una variedad que sí lo hace. Era el que cortaba Panorámix, el druida del pueblo de Astérix.

            El muérdago, también es hemimarásito, y por ello necesita tener clorofila para realizar la fotosíntesis. Sus frutos, cuya semilla posee unas propiedades adherentes tras el paso por el intestino de los animales, queda pegada a las ramas de los árboles al ser expulsada, y de este modo es como consigue encaramarse a las ramas para poder vivir allí. El proceso más detallado lo podéis leer en la entrada de este mismo blog denominada “Agujeros en las ramas”.
Sobre los otros parásitos, habrá sobrada información en la tele durante algunos días.

viernes, 13 de junio de 2014

Los senderos de la agonía.

         
       
           
 Ya os hablé en una entrada anterior sobre lo arriesgado que es para los habitantes del río el momento de una avenida. Como el cauce del río se hace más ancho (no todo lo que al río le gustaría, pues enseguida se topa con las “motas” o diques de contención), el río cambia su dinámica. En algunas zonas, se torna más rápido y erosiona el fondo. En otras zonas en cambio el agua discurre de forma más lenta y deposita sedimentos de diferente tamaño según la velocidad de la corriente.
            Estas diferencias de velocidad, provocan la aparición de playas de gravas en algunos puntos del cauce. Estas playas pueden aparecer como islas de diferente altura. Al bajar el nivel del agua y estas islas separar el cauce en diversos brazos apareciendo un cauce tranzado, pequeños brazos de río quedan aislados del cauce original y se alimentan mediante filtración a través de las gravas. Si el cauce aislado está demasiado alto, al disminuir el nivel del río el suministro de agua desaparece, y comienza una lenta agonía para los peces e invertebrados que quedan atrapados. Antes que la calidad y la temperatura del agua sean inadecuadas para la vida, los animales luchan por la supervivencia. Los martines pescadores y garzas acortarán la agonía de los peces. Las almejas de agua dulce, descenderán hacia el agua dejando unos caminos característicos en el lecho o las paredes del cauce agonizante (foto superior).





 En la foto de la izquierda, un ejemplar de Unio elongatulus emprendiendo el viaje hacia el fondo del cauce que se seca. Junto a ellos había muchos ejemplares de Gammarus Sp y camarones de agua dulce Atyaephyra dermarestii. A los dos días, una nueva avenida llenó el cauce dando una nueva oportunidad a los habitantes de este pequeño brazo aislado del río Ebro, justo debajo del Puente del Tercer Milenio.



           


En otros lugares, en la época más seca del año, estos brazos de río se secan y las almejas mueren, apareciendo las conchas abiertas. En este caso podemos observar ejemplares de Corbicula fluminea o almeja asiática (2) al lado de las autóctonas Potomida littoralis (3) y Unio elongatulus (1)

          






Aunque una crecida posterior pueda volver a llenar el cauce por filtración, el agua llega tarde, y en el fondo quedan los restos de las almejas que no pudieron sobrevivir a la nueva avenida. Si la avenida es más intensa y el agua discurre de nuevo por el brazo, la corriente arrastrará las conchas vacías y quizá unas nuevas almejas caigan de nuevo en la trampa mortal. 
          Potomida littoralis (3), Corbicula fluminea (2)

jueves, 5 de junio de 2014

Visita a Ruesta.

           
 El martes día 8 de abril pasado, la sección sindical de CGT en el Ayuntamiento de Zaragoza decidimos subir en bloque a dar vuelta por el pueblo cedido de Ruesta. Nos movimos con coches particulares y todos los costes recayeron sobre los delegados, ya que en este sindicato no tenemos “todos los gastos pagados” como ocurre en otros sindicatos. De este modo, nos reservamos un día para visitar el pueblo, pues había personas que hacía mucho tiempo que no habían ido, y también podrían ver los carteles y las vitrinas que habíamos preparado desde la sección para toda la CGT y aquel que se acerque allí.
           
Visitamos el aula de la naturaleza, el albergue y la biblioteca. Antes de comer, recorrimos el sendero que nos lleva hasta la ermita de Santiago y pudimos repasar las letras de los carteles que se hubiesen borrado. Cada cartel era repasado por varias personas con lo que el trabajo se terminó muy pronto.
            Ya había orquídeas. Con un lápiz extrajimos los polinios, o mecanismos de polinización de las orquídeas y pudimos contemplar cómo funcionan para evitar a autofecundación. Los polinios, se “pegan” al insecto que se acerca a libar de la flor o a intentar copular con ella en aquellos casos en los que esta se parece a un abejorro. Aparecen en un primer momento sujetos en una posición que varía pasado un tiempo de modo que los sacos de polen entren en contacto con el estigma cuando el insecto ya ha abandonado la flor y ha llegado a otra planta, produciéndose entonces la fecundación. 
           


  Había mucha agua, tanta como nunca había visto en las fuentes. Contemplamos los nidos de los carpinteros, una rana asustada pero que debió de salvar la vida gracias a que pasamos por allí, ya que a menos de un metro había una culebra de agua viperina (Natrix maura) que podría habérsela comido. Unos pocos pudieron ver como la culebra de agua viperina, como su nombre indica, aplasta su cabeza dándole un aspecto triangular y bufa ruidosamente para amedrentar a posibles depredadores al confundirse fácilmente con una víbora si no se conocen estos animales.


            Durante la comida y la vuelta a casa, tras las euforias sobre lo que reconstruir y las posibilidades que presenta el entorno que siempre nos embargan, la reflexión sobre el patrimonio perdido. Un pueblo que es patrimonio protegido por la UNESCO junto con el Camino de Santiago que lo atraviesa pero que la administración deja que poco a poco se derrumbe. La protección impide la reconstrucción de las casas sin un estudio previo (que resulta inasumible) y mientras tanto, una a una de forma implacable, las casas se van a tierra. Además, desde el bar se ven las cicatrices gigantes del recrecimiento del pantano de Yesa sobre el que desde círculos de geólogos se mantiene que acecha un riesgo inasumible debido a la desestabilidad de las laderas cercanas a la presa. El empecinamiento de cada gobierno de turno en su construcción pese al riesgo parece responder a la sinrazón. Esperemos que alguien no pague un precio demasiado alto aguas abajo de la presa.


jueves, 29 de mayo de 2014

Cáscaras de nuez en el campo.

           
 Ocurre no pocas veces, que en nuestros paseos por la naturaleza o los parques encontramos restos de frutos secos. Todos recordaréis aquella vez en la que visteis una nuez abierta en el suelo. Aparecen las dos mitades aproximadamente juntas. Abiertas con una gran limpieza, no percibiremos ni una sóla marca. Estas dos mitades de cáscaras de nuez aparecen en caminos, parques, sendas… en cualquier lugar ya sea este destacado o no. En principio, pensamos que alguien se ha comido una nuez en un lugar raro y nos parece extraño que sólo se hubiese comido una y que no hubiese buscado una piedra para abrirla.
            Los autores de estos rastros son las urracas y otros córvidos. El procedimiento de apertura es sencillo y muy efectivo, pero difícil de creer si no se ha visto en directo. La urraca, llega de algún lugar con una nuez en el pico. En un lugar que parece elegido al azar, se posa en el suelo y sujeta la nuez entre sus patas. De un certero picotazo (sólo de uno en los casos que lo he visto), abre la nuez en dos mitades perfectas. Con el pico hurga en el interior y consume el contenido. Por mucho que tras que se haya ido la urraca revisemos la nuez, no podremos advertir el lugar en el que ha dado el picotazo. Es sorprendente. Y lo he hecho en varias ocasiones.

           



No siempre las urracas consumen las nueces. Algunas veces las esconden en agujeros, nidos u otros lugares inverosímiles para ir a buscarlas cuando tengan hambre y no encuentren nada mejor. En una ocasión mis compañeros de trabajo trajeron una nuez que había germinado dentro de un aspersor de riego del césped. Les dije que una urraca la había escondido allí y fuimos al sitio, colocamos la nuez de nuevo e hicieron fotos con el móvil (foto derecha). Cuando veáis un nogal que nace en un lugar aislado o raro, o incluso en una maceta de vuestro jardín a decenas o cientos de metros de un nogal, tenéis que pensar que una urraca ocultó allí una nuez que posteriormente olvidó y que llegó a germinar.