El Teide. Asomando entre las nubes. Yo imaginaba algo así como la
isla de King Kong. Recordaba los relatos de Alexander von Humboldt y
de Charles Darwin. Ambos decían lo mismo. La imponente montaña
asomando entre las nubes. Yo llegaba en avión, y me imagino que eso
quita bastante magia al asunto. Desde las alturas todo es pequeño, y
más que ver la cumbre asomando por encima de las nubes, lo que
se ve es la isla con sus casitas desparramándose hasta el mar.
Alexander
von Humboldt, pudo bajar del barco y pisar Tenerife. Relató las
maravillas del paisaje, la flora y su fauna. Aún a pesar de la
cuarentena, le dejaron deambular por el terruño supervisado por un
guardia que para comer sólo llevaba gofio. Una harina de diversos
cereales que se tuesta y se amasa posteriormente, lo que la hace
comestible después al estar cocida, pese a que lo pastoso de la bola
en la que la amasan, la hace difícil de tragar. Es el relato de
Humboldt. Relata como un guardia, extendía
una caña sobre la que se ponían los documentos que indicaban que el
barco estaba libre de enfermedades. Este papel era lavado con vinagre
antes de ser leído por si acaso. Pudieron repostar y hacer acopio de
víveres mientras él pudo aprovechar para explorar.
Darwin
no tendría tanta suerte. Esperaba con impaciencia la llegada a las
islas maravillado con los relatos de Humboldt. Primero tenía miedo
de no poder estar en condiciones, ya que pasó muy malos días al
principio del viaje. Al llegar, una epidemia de cólera que se había
desatado en Inglaterra, aconsejaba a los residentes de la isla a
someter a los barcos procedentes de dicho país a una cuarentena de
15 días. El capitán Fitz Roy, se enfadó y partieron sin fondear en
el puerto por más tiempo. Siempre he pensado que al ser las Canarias
unas islas oceánicas como las Galápagos, de haber bajado Darwin,
quizá la teoría de la evolución de las especies habría tenido
algún relato alusivo a las especies de estas islas. Lo leí en un libro que compré. Cuando lees de otra persona lo mismo que piensas tú proporciona cierta alegría.

El
turismo hace que miles de personas vayan a la isla. Cuando fuimos al
Teide, que no pudimos subir en el teleférico, le decía a mi hijo
que no pasara pena por que no pudiéramos subir. Estábamos viendo
los tajinastes rojos (Echium wildpretii), en la foto de la derecha. Una planta de la
familia de la popular borraja que comemos en Aragón pero que sólo
podríamos verla allí, pues es el único sitio donde vive en todo el
mundo.
A
la vuelta de un paseo donde vimos otras plantas endémicas como la
retama del Teide (Spartocytisus supranubius) entramos a una
cafetería a tomarnos un cortado. Yo miraba de aquí para allá. Y lo
ví. Un precioso macho de Pinzón azul, (Fringillia teydea).
Otra joya. Sólo en esta isla se puede contemplar este ave. En
ninguna otra parte del mundo. Y allí estaba. En un pino al lado de
la cafetería.
Quería pasear un poco por el pinar de pino canario
(
Pinus canariensis) y ver los rebrotes de tronco que se
producen tras los incendios, como se ve en la fotografía de la izquierda. Tuve suerte de ver un nido de
picapinos y troncos con daños provocados por el picapinos de Tenerife, (
Dendrocopos major
canariensis) otra ave, que sólo aquí se puede ver.
No
es raro el cernícalo común, (Falco tinnunculus canariensis) que
se ve con cierta frecuencia en su variedad isleña. Los lagartos son
otros de los tesoros que se pueden ver en canarias. En los jardines
de plena zona urbana como los de Garachico, el lagarto tizón
(Gallotia Galloti) es
frecuente, y habita
tanto en Tenerife como en La
Palma. Hace tan sólo 20 años
se descubrió una nueva especie de lagarto gigante en un lugar aislado de Tenerife. La
salamanquesas que aquí se llaman perenquenes (Tarentola
delalandii) y sólo habitan en
Tenerife y La Palma.
El
mosquitero canario (Phyloscopus canariensis)
es muy abundante comparándolo con el lugar donde yo vivo y es especialmente llamativo oír a los canarios
(Serinus canaria) por
los árboles de los paseos, ya que aquí son silvestres y originarios
de Canarias y Azores. Así pues, un primer contacto con la isla de
Tenerife muy agradable. Ya me he hecho con todo tipo de mapas y
publicaciones. La próxima vez será más intenso, teniendo aún
pendiente el bosque de laurisilva.
La
visita al museo de naturaleza, fue muy productiva. Pude observar los
restos de especies que ya no están con
vida
pero que recuerdan a las Galápagos, como la tortuga gigante de
Tenerife (Centrochelys buchardii),
el lagarto gigante de Tenerife (Gallotia goliath), que alcanzaba el
metro y medio de longitud, y la rata gigante de Canarias (Canariomys
bravoi), un bicho de un kilo de
peso cuya reconstrucción vemos en la foto de la derecha
Otro
día, hablamos de porqué ocurren estas cosas, como que muchos
animales son únicos en algunas islas, como el lagarto tizón que ya hemos citado y cuya foto se ve en la izquierda. El diseño es de un macho, teniendo las hembras y jóvenes un patrón rayado longitudinal más críptico
Los caracoles, son ya un tema
a parte. Porque las especies que
tiene depositadas el museo de ciencias naturales asciende a 200. Muchos de ellos, habitan también sólo las islas Canarias en todo el mundo. Como se produce esta situación, será tema para otra entrada de este blog. Muy recomendable visita naturalista en la isla de las grandes pendientes.