jueves, 18 de julio de 2013

Bueno, pues eso, que lo prometido es deuda. Esta entrada va sobre la charle de huellas y rastros de Alcañiz. La cita era a las cuatro de la tarde. Llegamos antes de hora y comimos en un restaurante de la misma estanca, que tenía buenas críticas en internet. Buena comida y buen servicio.
Después fuimos al “chiringuito” que tiene montado Ricardo en la Playa de la Estanca, junto al cámping y que da al sitio un toque de playa marítima con los kayaks, las canoas y demás parafernalia acuática. Nos trajeron mesas para poder montar los “escaparates” de huellas y demás material.

 Colocar un mini-museo a la sombra de los pinos tiene su encanto. Aquí os dejaré algunas fotos. Dejamos un par de mesas con sillas para que los niños que lo quisieran, pudieran hacer el cuaderno de campo.
La charla era sobre huellas y otros rastros, y a mí me pareció oportuno comenzar con los rastros del pasado. Hablamos de cuando nadie habitaba la tierra emergida, cuando hace millones de años todos los animales vertebrados eran acuáticos. Los anfibios comenzaron a conquistar la tierra emergida, pero la aparición del huevo con cáscara fue el detonante para la gran explosión de vertebrados por la tierra seca. No estar ligados al agua para reproducirse facilitó que los vertebrados conquistasen cada rincón de La Tierra. Hablamos como estos vertebrados se dividieron en tres grandes grupos que clasificamos atendiendo a la forma de sus cráneos y al número de huecos que podemos percibir entre los huesos que lo forman. Los cráneos anápsidos o sin huecos, típicos de tortugas por un lado. Los synapsidos o cráneos típicos de los mamíferos que poseen una única ventana por otro. Hablamos de cómo los mamíferos en principio eran ovíparos, como el ornitorrinco, después marsupiales como el demonio de Tasmania y finalmente placentarios como la mayor parte de ellos en la actualidad. También hablamos de cómo una tercera línea evolutiva, la de los vertebrados con cráneos diápsidos (cuyos huesos del cráneo dejan dos ventanas o huecos entre ellos) dio origen a lagartos, serpientes, reptiles voladores, cocodrilos y dinosaurios, y cómo a un grupo de dinosaurios hoy llamamos aves. Por ello estas están emparentadas más próximamente con los cocodrilos que con cualquier otro vertebrado vivo; y que tortugas, serpientes, lagartos y cocodrilos están agrupados bajo el antiguo nombre de reptiles únicamente a modo de denominación tradicional.

Con respecto a las huellas, hablamos de la necesidad que tiene un rastreador de conocer la anatomía de las extremidades de los animales, para de este modo deducir con mayor facilidad la forma de las huellas de cada uno y el tipo de locomoción utilizado. Una caja con esqueletos de diferentes extremidades nos aclaraba lo que quería decir con todo esto y al tiempo nos mostraba el maravilloso trabajo de la evolución en las extremidades de los animales. Esto mismo pudimos advertir en la caja de las extremidades y picos de las aves.
Además de moldes de huellas de diferentes aves y mamíferos, pudimos ver otros indicios que nos hablan de la presencia de animales en un lugar determinado como excrementos, plumas, huesos, pelo…





Como terminación hicimos una pequeña excursión en búsqueda de rastros, pero tan sólo vimos huellas de perro, gato, tórtola y otras avecillas sin determinar. Un niño encontró una mandíbula de erizo común y se sorprendió al saber de que era. Supongo que el souvenir iría a parar a su casa...










En otro apartado, Belén montó el taller de confección de un cuaderno de campo. En este taller, con moldes de hojas hechos por nosotros y con plantillas de animales con sus huellas, los niños dibujan fácilmente animales, huellas y hojas de árboles que después se llevan a casa unidos a modo de encuadernación con un trozo de cuerda . Todo artesanal.










Los niños cuentan con unas hojas que les sirven de ejemplo para que sepan como rellenar las hojas con datos que un naturalista apunta, y también para que sepan como colorearlos si así lo desean.  Algunos niños no se levantan hasta que todos los animales y hojas han sido reflejadas en sus primeros cuadernos de campo. Aquí vemos como uno muestra orgulloso su hoja correspondiente al gato montés.







Por último, en estas jornadas, nosotros ya sólo pudimos asistir a la charla sobre peces de La Estanca. Unas cartulinas donde aparecían los peces dibujados, eran amenizadas con detalles históricos y biológicos interesantes de las diferentes especies, tanto autóctonas como introducidas y de cómo la presencia de alguna de ellas era perjudicial para las otras, así como las diversas actuaciones de los seres humanos tenían su repercusión en la fauna piscícola.
Fue en resumen una tarde amena y perfecta en agradable compañía.
Doy las gracias aquí a Ricardo, a sus colaboradores, a la Asociación de amigos del Río Guadalope y a todos que hicieron posible estas jornadas.

Por la noche fue el turno de la observación del cielo y al día siguiente la jornada de anillamiento científico y el paseo con Voluntarríos.

Todas las fotografías que ilustran esta entrada son de Ricardo Rodríguez, de KARALOM.

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