miércoles, 15 de noviembre de 2017

Verano con zorritos....

Este verano ha sido un verano de lujo. La casa avanza poco a poco, pero nos hemos permitido dos escapadas a Ordesa. La última a principios de noviembre con el objeto de mostrarle a Torjus, un chico noruego que nos vino a visitar, el valle de Ordesa. Le llevamos desde la pradera de Ordesa hasta las Gradas de Soaso. Un paseo que marcaba mi límite por el dolor de la rodilla. Pero bien. hacía 27 años que no las veía.
Pero la historia de esta entrada era otra. Hace muchos días que no voy al monte a ver animalicos. las obras me atrapan todo el tiempo libre. Pero este verano no ha hecho falta. A poco más de 300 metros de casa, en un ribazo (que es una zona elevada con hierbas que separa dos campos) entre panizos (campos de maíz), se acercó una zorra que haciendo un hueco poco profundo trajo al mundo dos cachorrillos de zorro o zorreznos.
Un día, Belén que había llevado a pasear a Lía, nuestra perrica, vino diciendo que había visto dos zorros en un campo al lado de casa. Y que al menos uno de ellos parecía joven y desgarbado. Al transcurrir los días los veíamos con más frecuencia, y tras unas semanas, siempre. Eran dos. No se alejaban mucho de su zorrera, pero estaban siempre en las inmediaciones, en el ribazo, que lindaba con un campo de alfalfa y que estaba orientado al sur. Desde bien temprano se les veía holgazanear y calentarse al sol, y los últimos días que los vimos podíamos quedarnos viéndolos con todo descaro sin que se ocultaran. Tanta curiosidad tenían ellos como nosotros.
No faltaron gallinas por los alrededores y se alimentarían, supongo, sobre todo de topillos, que son ahora muy abundantes en la zona, pese a ser unos animales que antes no existían aquí.
Cunado fuí ha hacer la foto al lugar que ocuparon, días después de que se hubiesen ido a hacer su vida, la zona ya había sido destruída por los tractores. En la foto adjunta, os muestro un ribazo semejante al que vio nacer a nuestros zorrillos, y encabezando la entrada, un zorro que no es el de esta historia, pero sí unos que nos dejaron perplejos. Se trata de los zorros que habitan el zoo de Gramat en Francia y que tienen por costumbre dormitar sobre los árboles. Las afiladas uñas y la agilidad de los zorros les permiten subir a las ramas de algunos árboles donde descansan a salvo de sus depredadores.
Espero que este año que viene la zorrita venga de nuevo a traer al mundo a sus zorreznos aquí donde estaremos encantados de recibirlos, aunque estemos más pendientes de cerrar el gallinero por la noche... De momento, sabemos que más o menos a las 7:30 de la tarde es posible verla todavía algunos días campeando al abrigo de la noche, aunque no sabemos donde se refugia durante el día...

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