lunes, 11 de febrero de 2013

Excremento de jabalí. Por sus "hechos" los conoceréis.


            No es la primera vez que en este blog la entrada la ilustra el excremento de algún animal. Parece un poco raro, pero lo cierto es que los excrementos dan al naturalista buenas pistas sobre la presencia de ciertos animales en la naturaleza. Bien sea por la forma, color, olor o por la ubicación donde los encontramos, los excrementos pueden ser tan válidos como una huella a la hora de identificar a un animal.
         En este caso, el excremento que veis más arriba pertenece a un jabalí (Sus scrofa). Las características que nos permiten identificarlo como tal son únicas. Las dimensiones son variables, cosa lógica si pensamos que el tamaño del jabalí también lo es. Un diámetro de cuatro centímetros y una longitud de diez o quince sería un tamaño grande, y se pueden hallar también algunos de quince milímetros de diámetro, pertenecientes a los pequeños jabalíes. 
         El contenido suele ser de origen vegetal y se identifica perfectamente por que los trozos de plantas son bastante groseros. Cada excremento está compuesto por varias bolas que aparecen aplastadas unas contra otras hasta adquirir la forma de embutido compuesto de formas oblongas que vemos en la fotografía. Algunas bolas pueden aparecer sueltas, pero generalmente el aspecto es el que vemos arriba.

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