miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los invasores


            Esta de “moda” o por lo menos de actualidad el tema de las especies exóticas invasoras. En primer lugar, y a título personal, puedo decir que a mí no me gusta lo de especies invasoras, porque ninguna ha invadido nada en absoluto. Las especies exóticas, primeramente, son eso, exóticas únicamente, y están aquí porque nosotros las hemos traído. Por otra parte, en ningún caso se trata de invasoras, ya que si ocupan un lugar determinado alejado de su lugar de origen, es porque se ha alterado su distribución. Estas especies sólo hacen aquello para lo que todos los seres vivos están en el mundo, y esto es reproducirse. El término invasión es aplicable al hombre, pero creo que no es aplicable a los demás seres vivos. Es bien cierto que al denominar invasores a estos organismos parece que nosotros no tengamos culpa de la situación.
            La traída de especies de otros lugares, muchas veces se ha realizado con un fin concreto, ya sea pescar peces de mayor valor deportivo, tener abejas que den más miel, tener un jardín más florido… en cualquier caso, esto ha venido motivado porque no se han sabido aprovechar los recursos autóctonos, porque han decidido aumentar los beneficios que reportaban las especies autóctonas, o por falta de sensibilidad naturalística. En casos de supervivencia, estas cosas pueden estar justificadas, pero que esta situación se haya  producido por capricho en muchos casos, es un auténtico disparate.  Plantas, peces, aves, invertebrados, todos tienen representantes en esta categoría.
            El hombre ha cometido estos atropellos desde siempre. Las islas han sido pobladas con plantas y animales ajenos a ellas y han producido extinciones de otros seres vivos desde que el hombre pone el pie en cualquiera de estos paraísos. Que esto sea un tema estudiado y documentado no supone limitación a que en la actualidad se siga realizando sin ningún reparo.
            En algunos casos de forma intencionada para jardinería, caza o pesca y en otros de forma involuntaria como en el caso de invertebrados; el hecho es que es algo frecuente. Los actos que se cometen de forma voluntaria tanto por particulares como por recomendación de “Tecnicos” de la administración, tienen idéntica base científica: Ninguna.
            No obstante, algunos defensores de la naturaleza, aseguran que estos animales amenazan ecosistemas y especies autóctonas. En algunos casos es cierto, pero hay que decir que algunos ecosistemas no son lo que se pretende por parte de sus defensores, y la desaparición de las especies autóctonas no son del todo provocadas por los “invasores”. El hecho de no considerar al cerdo ibérico como una especie invasora traída por el hombre que destruye el encinar y el alcornocal conviertiéndolo en una dehesa es un ejemplo. La dehesa es un medio antropizado en el que viven muchas especies, pero es en detrimento de otras que se desenvuelven quizá mejor en el bosque primigenio. Esto no significa que la dehesa sea buena ni mala, ya que para unos es buena, y para otros mala. Si cesa el manejo, el aspecto de la dehesa cambiará de forma radical. La mecánica de uno y otro es diferente. El bosque mediterráneo se perpetúa hasta que lo destruimos. Pero destruimos el bosque mediterráneo para construir la dehesa, y esta desparece si dejamos de actuar.
            La naturaleza no está sujeta a juicios de valor. La vida es la vida y “se abre camino”, si no queremos que ocurra así lo que debemos de modificar son nuestras actuaciones.
            Los pastos pirenaicos son resultado del fuego y el pastoreo sobre el bosque. La desaparición del bosque cambió el ecosistema. La introducción de la marmota después fue exitosa por que el Pirineo ya no era el Pirineo. La marmota tuvo su oportunidad en el Pirineo, y cuando los pastos alpinos naturales fueron sustituidos por los bosques de pino negro, la marmota se extiguió. Fue necesario cambiar el Pirineo para que la marmota tuviese su oportunidad, aunque el objetivo primero fuera el pastoreo.
            Un embalse es otro ejemplo. Primero suscita polémicas por la destrucción que supone del río y su valle. El resultado es un medio antropizado y que no existe de forma natural. Las especies típicas del río donde se produce el embalse no viven en el mismo al no ser iguales las condiciones del fondo, ni del agua. Aguas abajo, las condiciones del agua también cambian al llevar menos sedimentos y también se cambia el régimen del río por lo que los peces pueden adaptarse, pero también pueden no hacerlo. Especies lacustres importadas se desarrollan en un medio vacío de competidores o con ventaja sobre las especies autóctonas que ocupan un lugar que no les es propio. La multiplicación de una especie alóctona en los ríos no es el único problema, el problema mayor es que el río primitivo no existe, por lo que las especies invasoras quizá no estén invadiendo nuestro río sino un río diferente que nosotros hemos construido. Pero también algunas autóctonas pueden convertirse en “invasoras” a los efectos.
            Los depredadores como la nutria y algunas aves, pueden encontrar un buen territorio de caza y aumentar su número. Las “especies invasoras” como los cangrejos americanos en el embalse pueden sustentar a una buena población de garzas o nutrias, y los alburnos aguas abajo de la presa, sustentar igualmente nutrias, garzas, martines pescadores, gaviotas… las especies autóctonas de peces o invertebrados se han hecho tan raras que no pueden mantener a estos depredadores que viven una época dorada gracias a las especies invasoras. Esto indica que quizá los depredadores como la nutria o las garzas no son especies indicativas de la calidad de un ecosistema, tan sólo informan de la presencia de comida.
            El galápago de Florida se extiende a buen ritmo por nuestros ríos, pero no antes de que los galápagos autóctonos se hubiesen rarificado hasta el extremo de desaparecer completamente en muchos ríos. El primer galápago que yo ví en el río fue un galápago de Florida. No hacía falta la aparición del galápago de florida en los ríos para acabar con los autóctonos, nosotros solitos fuimos capaces de extinguirlos en muchos lugares. Otro problema es que en los pocos lugares donde todavía los había ahora se vean amenazados por el galápago de Florida. Si bien la amenaza es cierta, el problema de fondo era bien otro. Los galápagos de florida, en muchos casos están conquistando ríos vacíos de galápagos o casi vacíos por que ya nos los hemos cargado con nuestra gestión hidráulica.
            El aumento de la población de nutrias y garzas que viven a costa de “especies invasoras” nos indica que lo que en realidad está ocurriendo es que algunas especies autóctonas del antiguo ecosistema natural se están aclimatando a vivir en el nuevo creado por el hombre, que ha resultado inhabitable para otras especies autóctonas que compiten en desventaja con los seres importados. El drama de los barbos y madrillas, peces autóctonos en el valle del Ebro cada vez más raros, al igual que los tramos de río en el que vivían, es el contrapunto de la época dorada de cormoranes, gaviotas, siluros, nutrias, garzas, plantas e invertebrados varios.
            Es por esto que pienso que el problema de las “especies invasoras” no se soluciona con decretos o listas, sino con un cambio en el modo de manejo del medio natural, evitando la introducción, pero siendo conscientes de que las profundas modificaciones que realizamos son tremendamente dañinas para las especies autócotonas.
            El lucio, pez capaz de colonizar los ríos europeos y de América del Norte por sí mismo, fue sin embargo incapaz de colonizar la Península Ibérica, quizá por el diferente régimen que presentan sus ríos. O en caso de haberlo hecho, se llegó a extinguir, (ya que se ha citado por Morales, en 1980, la presencia de una vértebra de lucio en el registro fósil ibérico) cuando los ríos pasaron a tener el típico régimen Mediterráneo.
            Quiero decir con esto, y sin quitarle importancia a la nociva introducción de especies alóctonas invadan o no, que cuando son introducidas, en muchos casos se hace en ecosistemas inexistentes, es decir son medios degradados que buscan un “equilibrio” y esto proporciona ventajas al invasor.
            La introducción del alburno sin duda ha sido mala para la madrilla, pero antes de esto la madrilla ya se había rarificado muchísimo por que los ríos en los que vivía habían sido sustituidos por otros debido a la regulación, los encauzamientos, los dragados y la extracción de áridos.
            La capacidad “invasora” de las especies se pone de manifiesto especialmente en el caso de dar crédito a la cita de Longinos Navás, sobre la captura de un tiburón (  una pintarroja Scyliorhinus canicula creo recordar) en el río Huerva, en Zaragoza. El hecho de que no fuera capturada por él, ya que le fue entregada por dos niños, que esta especie y las afines no toleren el agua dulce y que esta especie venga acompañando a las cajas de pescado con cierta frecuencia, hacen que yo no de crédito a esa cita, pese a haber visto en el museo al citado ejemplar. No obstante, hay que tener en cuenta que el río actual no tiene nada que ver con el de hace 200 años.
            Los casos de cormoranes, estorninos negros y gaviotas que ocupan nuestros cambiantes medios naturales son más que claros ejemplos de “invasión” por parte de especies sin mediación de transporte humano en medios naturales modificados.
            Con este potencial de expansión, tres cosas son ciertas:
Primero, que la venta de especies vegetales o animales foráneas en los distintos países es una actividad de riesgo de introducción de especies que pueden ser invasoras en potencia,.
Segunda, que la degradación y rarificación de las especies y ecosistemas autóctonos facilitan que especies foráneas puedan ocupar sus lugares y competir con ellas.
Tercera, que una vez que una especie ha sido calificada como invasora y ha sido incluída en la lista de especies invasoras, el esfuerzo para erradicarla puede tener un costo enorme, y en algunos casos el daño causado puede ser irreparable, por lo que es tan importante el control de las especies que figuran en la lista como las que no figuran, para evitar que estas listas crezcan en el futuro.

4 comentarios:

  1. Hola Carlos. Primero felicitarte por este maravilloso blog. Lo sigo desde hace tiempo pero todabía no había publicado ningún comentario. Y es que este tema me preocupa bastante.
    Coincido plenamente contigo. Esas especies no han invadido mada, en todo caso han sido empujadas por el hombre. Y como bien dices yo creo en un ecosistema natural, poblado por una comunidad inalterada de especies autóctonas (y por lo tanto "perfectamente" adaptadas al mismo) la competencia para las especies alóctonas sería brutal. Por eso donde las solemos encontrar son en ecosistemas artificiales, profundamente alterados.
    Y luego la administración se saca decretos con listas y catálogos y obligando a las personas a realizar la labor del sacrificio y erradicación, aunque vaya en contra de sus principios (puedes leer mi opinión en mi blog http://escamasdoradas.blogspot.com.es/2011/12/especies-exoticas-invasoras-rd-16282011.html).
    En fin, la tarea de erradicarlas creo que hoy por hoy es imposible. Primero por el coste económico, la complejidad técnica de controlar las poblaciones y, el más importante, por los ecosistemas que actualmente están presentes en nuestra tierra.
    ¡Un saludo!

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    1. No hay quien entienda a la administración. La mayor parte de los afectados por la lista han sido introducidos de forma legal. Algunos han crecido en número de forma desmedida tras su introducción y han diseminado sus semillas de forma masiva, como han hecho siempre. Otros han sido liberados por sus dueños ya que no hay un "plan b" para aquellos que compraron una tortuguita que después crece. Sólo queda el sacrificio por parte de los dueños o la liberación, y se suele optar por esta. El problema está servido.
      Otros, han sido insistentemente soltados por la administración, se ha prohibido coger ejemplares de determinadas tallas etc, y ahora se pretende que aquellos que aprendieron a tener una conducta dentro de aquella ley para preservar las especies, procedan como hacían los antiguos furtivos para seguir estando dentro de la ley, esta vez para erradicar las especies...

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  2. Una vértebra de lucio en el registro fósil ibérico!!!!me he quedao' de piedra! ahora mismo voy a buscar más info.

    La mayoría de la pérdida de biodiversidad se debe a la introducción de especies exóticas..., sin relativizar eso es así, pero en contra de lo que parece no siempre son perjudiciales y en eso estoy de acuerdo 100%.

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